Ignacio Miguéliz Valcarlos
Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro
Diferentes obras navarras las encontramos también en otros museos, como el de Artes Decorativas o el Lázaro Galdiano de Madrid. Obras pertenecientes a coleccionistas privados. Las marcas, inscripciones y heráldica que figuran en alguna piezas nos ha permitido reconocer el origen navarro de alhajas pertenecientes a coleccionistas particulares.
Este es el caso de un acetre de la colección Várez Fisa de Madrid, dado a conocer por la profesora Esteras Martín en la catalogación razonada de esta colección y en La pieza del mes en la web de la Cátedra Patrimonio y Arte Navarro. Se trata de una obra barroca, con marcas de Pamplona y del platero José Yabar, y que ostenta el escudo de armas de don José de Armendáriz (1670-1740), marqués de Castelfuerte y Virrey del Perú, las mismas que aparecen en el conjunto de bandejas y jarras que regaló a la capilla de san Fermín de Pamplona. Desconocemos la procedencia de esta pieza, probablemente de alguno de los templos a los que Castelfuerte benefició con donaciones, como el extinto convento de las benedictinas de Corella. Muy interesante es también el azafate de la colección Hernández-Mora Zapata de Madrid, labrado por Miguel Lenzano y que sirvió de modelo al dibujo de examen realizado en 1772 por Lorenzo Laoz, quien había sido su aprendiz.
Otras veces está perfectamente documentada la procedencia de las obras.
Atención a las subastas.
Y mayores sorpresas nos deparan ocasionalmente el mercado, cuando vemos aparecer obras navarras, muchas veces mal identificadas. Este es el caso de unas crismeras subastadas por la casa Sotheby’s de Londres en junio de 2021, atribuidas al platero Hernando de Oñate el Mayor, identificado erróneamente por la casa de subastas como un maestro zaragozano, siendo en realidad uno de los principales artífices pamploneses del siglo XVI, del que se conservan unas crismeras similares en Enériz.
Mientras que otras veces está perfectamente documentada la procedencia de las obras, con relación a lo cual no hay que olvidar la venta que se hizo de los bienes del palacio de los condes de Guenduláin en Christie’s en noviembre de 2005, en la que salieron piezas de platería, alguna de ellas afortunadamente recuperadas para el Museo de Navarra.