La lavanda cautiva por su belleza sin igual. Es tan diferente en cuanto a colorido violeta , follaje y su misma flor, de manera que es imposible lograr pasar inadvertida, sin dejar de lado su peculiar aroma que atrapa e invita a cortarla y llevarla a la nariz para disfrutarla. Además, tiene la característica de ser relajante para algunos o energizante para otros; aunque será como todo, una cuestión de gustos, es encantadora.
Entonces, una maceta de lavanda lucirá preciosa en el patio o sembrada en el jardín o en el huerto culinario en casa. Podría parecer extraña para unos; aunque, esta delicada flor perfuma de la mejor manera algunos platillos. Tanto las hojas, los tallos como sus flores son aromáticas y las flores se llevan las palmas al momento de condimentar. Ofrecen un sabor distintivo y floral, nos recuerda ligeramente a la menta.
El mejor momento para recolectar las flores de lavanda es cuando su colorido es intenso, sin estar totalmente abiertas. Las podrá incluir en la preparación o trocearlas con los dedos o espolvorearse como se hace con otras hierbas aromáticas secas. Tenga presente que la lavanda seca aportará un sabor más fuerte, por lo que se recomienda utilizar únicamente la tercera parte de lo empleado si estuviera fresca. Las posibilidades son inmensas: es versátil por su sabor y perfume, va de maravilla con lo dulce o los postres. Su uso, es tan simple como darle sabor a la leche, cremas o mieles. Resulta una infusión agradable para ser un ingrediente en las masas para pies o tortas o helados o de forma picada en galletas o helados. Si gusta darle un sabor o perfumar el azúcar colocando unas flores dentro del recipiente de azúcar o moler las flores secas con azúcar, mantenerlo cerrado herméticamente y en unas semanas disfrutará de su azúcar delicadamente perfumada tanto para postres como para dar dulzor a una infusión.
Generalmente, solemos mezclar condimentos o sabores, entonces, es bueno considerar las mezclas adecuadas con el jengibre, fresas, frambuesas, ciruelas, peras, almendras, nueces o pistacho, miel, tomillo, romero, chocolate, entre otros. ¿Sabías que la lavanda también se emplea en preparaciones saladas, como por ejemplo: para unas chuletas, vinagretas, guisos o en refrescos como una limonada con lavanda. Primero prepare una infusión de flores de lavanda con azúcar, enfríe y agregue jugo de limón. El sabor es delicadamente delicioso.
Siempre es recomendable condimentar de a poco; es decir, menos puede ser más en las comidas, porque su sabor podría ser penetrante y opacar al resto de sabores en el platillo. Otra manera de preparar la lavanda es tostada ligeramente para dar un contraste de sabores y bajar el nivel de sus notas perfumadas con un sabor menos intenso. Finalmente, decore o espolvoree los postres con las flores picadas, lucirán apetecibles y sabrosos.