Guillermo Monsanto
La Antigua Guatemala le da la bienvenida al Munag, institución que, en la tradición de los primeros museos que abrieron en el país, reúne una colección sui géneris compuesta por valiosas piezas precolombinas, coloniales e independientes. El Palacio de los Capitanes Generales les proporciona una nueva oportunidad de lectura a objetos artísticos extrañados de otros museos y edificios estatales. Este mismo recinto acoge, puerta vecina, la colección del museo municipal de Santiago de los Caballeros, la cual representa un buen complemento debido a sus particulares contenidos.
La Antigua Guatemala le da la bienvenida al Munag, institución que, en la tradición de los primeros museos que abrieron en el país, reúne una colección sui géneris compuesta por valiosas piezas precolombinas, coloniales e independientes. El Palacio de los Capitanes Generales les proporciona una nueva oportunidad de lectura a objetos artísticos extrañados de otros museos y edificios estatales. Este mismo recinto acoge, puerta vecina, la colección del museo municipal de Santiago de los Caballeros, la cual representa un buen complemento debido a sus particulares contenidos.
La sumatoria de valores le da al paseo un plus especial. El primero de ellos es el edificio en sí mismo con sus columnatas, corredores, patios y las impresionantes vistas a los volcanes y el parque central de la ciudad. Se abre su recorrido con un panel en el que se narra su historia en una línea de tiempo que resalta eventos especiales acaecidos mientras fue la sede del Gobierno español. Interesante porque acopia hechos que pueden servir de base para la curiosidad de los más acuciosos.
La magia de aquella cultura, perdida en los confines del tiempo, está muy bien representada por objetos intimistas de pequeño formato.
Lo prehispánico posee un buen número de productos en piedra tallada y cerámica policromada. La magia de aquella cultura, perdida en los confines del tiempo, está muy bien representada por objetos intimistas de pequeño formato. Mascarones, hachas y figuras mortuorias, entre otros, dan noticias del esplendor y sensibilidad de los pueblos originarios. Obras, todas, rescatadas de las entrañas de la tierra en los distintos sitios arqueológicos del país.
El lapso hispánico posee pocos pero impresionantes ejemplos de pinturas, esculturas y artes aplicadas, todas de artistas relevantes de aquel período aunque de algunos ya no se tengan sus nombres. Cristóbal Villalpando (México), Tomás de Merlo o Juan José Rosales, entre otros pintores de impecable factura revelan al público el espíritu de la fe católica y la sensibilidad en las manos de aquellos protagonistas. Platería, muebles y otros objetos complementan el recorrido. También se puede apreciar, en un recinto especial, una de las sirenas originales talladas en piedra provenientes de la fuente del parque central.
En el traslape con la Independencia se pueden visualizar objetos y obras de arte creadas en un amplio lapso. En la pintura reluce un óleo de Francisco Cabrera y trabajos tempranos de artistas como Agustín Iriarte y el malogrado Carlos Valenti. El museo está abierto de martes a domingo.
Reúne una colección sui géneris compuesta por valiosas piezas precolombinas, coloniales e independientes.