María Elisa Molina Pavez
Facultad de Psicología
Pero esas visiones se ven cuestionadas cuando nos sorprenden reportajes sobre corrupción a nivel político (el simbólico caso SQM, que no hizo diferencias entre partidos de izquierda y derecha), a nivel público (fraude en carabineros o el ejército, por ejemplo) y económico (emblemática colusión del papel higiénico), el uso fraudulento de instrumentos públicos, la evasión tributaria, por contar solo algunas. Ahí aparece nuestro lado B, el “roto chileno” con sus rasgos de astucia, “pillería” y bueno para hacer trampa, como el estudiante que compra la resolución de un certamen y el doctor en física que dirige esa pyme del engaño.
Estas realidades cuestionan nuestra conducta moral y ética, y destruyen el sueño de identificarnos con el estereotipo inglés que cumple las normas de convivencia social, mantiene compostura y respeta a los demás.
También envenenan el alma, generan resentimiento y malestar; lo que puede llevar a ser más flexibles y laxos con los juicios morales. Por eso, se vuelve necesario reencuadrarnos, fortalecer nuestros valores y aspiraciones morales, y con ello acordar nuevas y mejores formas de regulación de nuestras prácticas, de modo de encauzar y dar mejores ejemplos a las nuevas generaciones. A propósito del interrumpido estallido social y la elaboración de una nueva Constitución, vivimos en Chile un momento histórico donde se añora un nuevo pacto social que tenga un profundo sentido ético, que nos invite a revisar nuestros valores como sociedad y nos lleve a plantearnos nuevas formas de compromiso con ellos. Pero esto no se queda en lo abstrac to, sino que trasciende a nuestras acciones y relaciones cotidianas; entre ellas, nuestro rol como estudiantes y académicos.
La memoria es un medio para aprender, no es el fin del aprendizaje.
Mirada micro. La educación superior forma en competencias (o al menos así lo plantean la mayor parte de los modelos educativos de las universidades chilenas y del mundo). Una competencia es un saber en contexto, y esto implica evaluar el desempeño a través de formatos que los estudiantes no puedan contestar con un “bloque” de información, cortada y pegada desde sus cuadernos o materiales escritos, de las diapositivas del docente, de lo leído o copiado de la web.
La memoria es un medio para aprender, no es el fin del aprendizaje. Aprender tiene relación con el uso que se hace del conocimiento. Esto implica que el estudiante discrimine qué de lo que ha aprendido le sirve para responder la pregunta de la prueba o hacer el trabajo solicitado.
Continuará…