Guatemala cuenta con 21 parques reconocidos por el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), a fin de lograr su conservación, rehabilitación y mejoramiento, y así cuidar la diversidad biológica. En la presente semana, que se conmemora el Día Mundial de los Parques Nacionales, es oportuno conocer algunos detalles de las mencionadas riquezas y visitarlas con responsabilidad.
“El Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas resguarda 21 parques nacionales. Cinco de ellos figuran como zonas núcleo o intangibles de la Reserva de la Biosfera Maya, son un patrimonio natural que se vincula con el cultural arqueológico”, explica Carlos Martínez, secretario del Conap.
Uno de los mayores aportes de los sitios son sus 735 240 hectáreas netas de protección. Cada uno cuenta una historia ancestral que enlaza la cultura viva de sus descendientes y la intrínseca relación con las comunidades; ello nos convierte en un país megadiverso.
La mayoría de parques es destino concurrido por los turistas nacionales y extranjeros, quienes buscan conocer más sobre la arqueología, la naturaleza y la biodiversidad en el país.
En 1955 se declararon los primeros 10 parques nacionales: Naciones Unidas, Río Dulce, Tikal, Atitlán, Grutas de Lanquín, Riscos de Momostenango, Cerro El Baúl, El Reformador, Los Aposentos y Laguna del Pino.
En 1963 se agregaron el volcán de Pacaya, Laguna Calderas, Iximché; en 1969, Sipacate Naranjo; en 1972, las Cuevas de Silvino; en 1980, El Rosario y Las Victorias. En 1996 se integró al listado la Laguna Lachuá, y en 2003, el impresionante Yaxhá-Nakum-Naranjo.
Se busca la protección, conservación y mantenimiento de los sitios y la diversidad biológica en un estado inalterado, a fin de que el área esté disponible para estudios e investigación científica, monitoreo del ambiente, educación y turismo ecológico limitado.