Julio Berdegué
Subdirector General de la FAO y Representante Regional para América Latina y el Caribe
En estos días se lleva a cabo la XV Sesión de la Comisión de Desarrollo Ganadero para América Latina y el Caribe (Codegalac), instancia de gobernanza de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La FAO estima que la demanda mundial de carne aumentará 14 por ciento en la próxima década. Es cierto que hay sectores sociales que consumen más carne que la que es recomendable para una dieta saludable. Pero también es verdad que cientos de millones de personas en el mundo en desarrollo, especialmente en Asia y África, por primera vez tienen ingresos que les permiten consumir proteína animal.
Esas son buenas noticias para los países exportadores de América Latina y el Caribe (ALC). La región aporta el 44 por ciento de las exportaciones globales de carne de res y el 42 por ciento de pollo, y en países como Argentina, Brasil, México, Paraguay y Uruguay, esta industria hace un aporte mayor a sus economías. El aumento de la demanda es también positivo para 14 millones de hogares de pequeños agricultores familiares en ALC, para quienes la ganadería es una parte muy importante de sus estrategias de vida. Para ellos, la producción animal es dinero, comida y un seguro al cual se recurre vendiendo animales cuando hay que enfrentar crisis de los más diversos tipos. La ganadería en ALC tiene futuro, pero al futuro se llega a través de tareas importantes; una de estas es desacoplar la producción y los mercados de carne, especialmente de res, de la deforestación. Es falso que toda la deforestación se deba a la ganadería, pero sí es cierto que su contribución al deterioro de los bosques tropicales es importante.
La demanda de carne aumentará 14 por ciento en la próxima década.
Otra tarea, relevada como de máxima importancia en el reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la ganadería. La ganadería en ALC aporta 1.3 giga toneladas de carbono equivalentes, entre 2 y 3 por ciento de la totalidad de las emisiones mundiales de GEI. Debemos evitar que ese número aumente, y más bien hay que reducirlo de manera significativa. Los autos contaminan, pero nadie propone erradicarlos como medio de transporte, sino que se promueven innovaciones para que sean más eficientes hasta llegar a sistemas de movilidad carbono neutrales. Lo mismo hay que buscar con la ganadería: trabajar para que sea una actividad carbono neutral y con cero deforestaciones. Lo anterior requiere alianzas entre gobiernos, productores, comercializadores, consumidores, ambientalistas, científicos y organizaciones internacionales como FAO. Es una gran noticia que Codegalac se reúna este año bajo la presidencia de Uruguay con científicos prestigiados, con consumidores y ambientalistas activos y con instituciones de gobierno comprometidas seriamente con la construcción de la ganadería del futuro: eficiente, competitiva, socialmente incluyente y profundamente sustentable.