En la era de la imagen, la fotografía ocupa lugar central en el mundo, ya que las comunicaciones constituyen un componente esencial en las interacciones globales.
La posibilidad de retener acontecimientos por medio de registros gráficos de gran fidelidad ha sido de enorme beneficio, tanto para la ciencia como para las personas particulares en sus actividades cotidianas.
“La importancia de la fotografía reside en que permite preservar momentos valiosos de la vida, que con el devenir temporal adquieren valor emocional y, en muchos casos, valor histórico”, según Cecilia Vicente, profesional de la fotografía.
En el principio fueron las pinturas rupestres
Las representaciones gráficas más antiguas conocidas son las pinturas rupestres, entre las cuales las más populares son las de las cuevas de Altamira, en España, que datan de 25 mil años.
Después se desarrolló la pintura, como medio para reproducir instantes importantes de la historia. La técnica pictórica alcanzó desarrollo tan próximo a la perfección, que genios como Leonardo y Miguel Ángel dejaron obras imperecederas como La Gioconda o las decoraciones de la Capilla Sixtina.
La pintura ha florecido en varias direcciones, algunas de las cuales se alejan de la reproducción fiel de objetos y sucesos. La fotografía, en cambio, permite reproducir hechos con fidelidad.
La fotografía, además, en manos de profesionales competentes permite manipulaciones que confieren a los sucesos una aureola fantástica que no existe en la realidad. Por eso, se ha reconocido que la fotografía no solamente una actividad mecánica, sino que también es un arte.
La primera fotografía
“El hombre que hizo la primera fotografía auténtica fue Joseph Nicéphore Niepce, quien en 1826 obtuvo una vista desde la ventana de su ático, en Chalons-sur-Saone, Francia”, según Michael Busselle.
El 19 de agosto de 1839, Luis Daguerre presentó una invención a los miembros de la Academia de Ciencias y de la Academia de Bellas Artes, en Francia, que consistía en un proceso químico para registrar una imagen. A dicho invento se le llamó “daguerrotipo”.
Después del daguerrotipo se desarrollaron instrumentos para el registro gráfico. Evolucionaron tanto la cámara como el soporte físico de las imágenes.
La revolución de la fotografía digital
El acontecimiento más importante en el desarrollo de la tecnología gráfica fue la digitalización de la imagen.
“La digitalización consiste en convertir una traza luminosa en una sucesión de dígitos. Los dígitos son los números simples que constituyen la base de un sistema de numeración. El sistema decimal tiene 10 dígitos. El sistema binario tiene dos dígitos: 0 y 1”. Según explica la profesora Vilma López Torres, especialista en la enseñanza de la matemática.
Un dispositivo apropiado convierte ulteriormente una secuencia de dígitos en una imagen.
La digitalización de la imagen y la miniaturización de las computadoras condujo al desarrollo de lo que impropiamente y con sentido publicitario desproporcionado se denomina “teléfono inteligente”.
La democratización de la fotografía
En posesión de un teléfono inteligente, cualquiera puede tomar una fotografía, aunque no sea Anne Leibowitz. El fotógrafo profesional domina las posibilidades técnicas de su cámara y capta momentos especiales con gran fidelidad.
El fotógrafo que es un artista, juega con las luces, las sombras y la técnica para que su cámara produzca fotografías en las cuales la realidad transfigurada en obra de arte transmita un mensaje que sobrepasa la capacidad de comunicación del lenguaje.