Mientras que las fuerzas estadounidenses se encuentran en total retirada, tras 20 años de invasión, la guerra en Afganistán no termina. Con dos gobiernos paralelos: el nacional, en Kabul, la capital, y el de los talibanes; y además, una tercera zona en disputa entre ambos grupos, el conflicto se agudiza cada día más.
Durante lo que va de agosto, la situación se ha vuelto insostenible por los ataques de los insurgentes, que tienen cercadas a casi 13 millones de personas, y luego de la caída de Kabul en manos de los talibanes, la semana pasada, el caos se ha desatado en la capital, donde cientos de civiles se han aglomerado en el aeropuerto en forma desesperada para escapar en alguno de los aviones que Estados Unidos y otros países han enviado para evacuar a sus nacionales y aliados.
20
años ha permanecido el ejército de EE. UU. en este país.
Fracasó también el Gobierno afgano en su propuesta a los talibanes de compartir el poder a cambio de un alto el fuego inmediato, una medida elevada a la mesa de las negociaciones de paz para detener el rápido avance insurgente, que en una semana se hizo del control de al menos 12 capitales regionales. Aunque un portavoz de los talibanes en Catar, Naeem Wardak, negó que se haya recibido dicha oferta.
Preocupación
“Se está forzando a cientos de miles de personas a abandonar sus casas. Sigue habiendo información de abusos y violaciones de derechos humanos en las comunidades”, denunció el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, quien se ha mostrado preocupado por los derechos de los civiles, los cuales, dijo, “deben ser protegidos”, a la vez que pidió a las partes implicadas “moderación” para salvar vidas.
35
millones es el total de habitantes de Afganistán.
Por su parte, el veterano periodista y analista político Sediq Hussaini indicó que, tras la retirada de las tropas extranjeras, la comunidad internacional debería “proporcionar equipo militar y armas modernas al Gobierno afgano y, lo más importante, apoyo aéreo continuo a las fuerzas afganas en la lucha contra los militantes (…) Los talibanes temen los aviones de combate”, sentenció.
La historia
La pugna data de 1979, cuando la Unión Soviética invadió Afganistán para instalar en Kabul un gobierno comunista, y para combatir a su rival, EE. UU., apoyó y armó a los talibanes.
Los ataques terroristas del 11-S en Nueva York fueron el detonante para que el ejército de EE. UU. ocupara Afganistán, y 20 años después sucede el retiro de las fuerzas armadas.
Actualmente, los talibanes se han constituido en un emirato en el que impera la ley islámica, donde se aplican penas como la lapidación y los latigazos por crímenes como el que una mujer hable con un hombre que no es de su familia, dependiendo de si está casada o no. El colapso ocurrió poco después de que, en mayo último, las fuerzas estadounidenses y de la OTAN comenzaran la fase final de retirada de sus tropas.