Marta Ormazábal
Subdirectora de Ordenación Académica de Tecnun-Escuela de Ingeniería
Pese a que hoy en día la media de mujeres que estudian Ingeniería, según el último estudio de Eurostat, no alcance el 30 por ciento, somos uno de los países de la UE con más científicas e ingenieras. En concreto, con un 49.3 por ciento. En Tecnun hemos visto una evolución en los últimos años y tenemos un 40 por ciento de alumnas estudiando alguno de nuestros grados o másteres.
La educación juega un papel esencial en este sentido, pues es la principal palanca de transformación social. El verdadero reto está en fomentar el interés por la ciencia y la tecnología en las personas a las que los niños y niñas tienen como referentes en las edades más tempranas, que por lo general son sus padres y profesores de infantil. La Ingeniería viene del ingenio y lo que nos define es la capacidad de traducir esa idea en un producto o en una solución. El rol de los padres y los educadores es crucial y me atrevería a decir que lo es desde que tienen prácticamente 3 años. Es ahí cuando empiezan a vencer sus miedos, desarrollan sus habilidades y creatividad y, por supuesto, cuando más se dejan guiar por lo que sus referentes les van enseñando.
El rol de los padres y los educadores es crucial.
Desde hace dos años formamos parte del comité organizador de Emakumeak Zientzian, una iniciativa puesta en marcha gracias al esfuerzo de distintos centros de investigación de la ciudad. El objetivo es visibilizar el trabajo de mujeres científicas (un mundo hasta ahora principalmente dominado por los hombres), así como fomentar el amor por las carreras steam, tanto en niños y niñas como en jóvenes. Para ello se organizan talleres prácticos de ciencia y se genera contenido audiovisual que después los propios colegios puedan emplear en sus clases. Mujeres que trabajan en el ámbito de la ciencia y la tecnología trasladan su experiencia a estudiantes más juniors para que puedan ver en ellas un ejemplo a seguir. Las personas necesitamos un espejo en el que mirarnos que nos aporte optimismo y tenemos muchos.
También pienso que nadie quiere o siente interés por aquello que no conoce. Cuando vamos a los colegios vemos que los estudiantes de bachiller tienen curiosidad por la ingeniería, pero no terminan de comprender bien qué hacemos. Quizá lo ven como una carrera complicada, al alcance de los más inteligentes y con prometedoras salidas profesionales. Recientemente tuvimos en Tecnun unas jornadas de iniciación con 165 alumnos y alumnas de bachillerato. Realizaron prácticas en laboratorios y descubrieron en equipos las distintas ramas de la Ingeniería, lo que les diferencia y lo que les une. Y todo ello les ayudó a romper con esa idea falsa de que trabajamos solos (o acompañados, como mucho, por una máquina).