Por segundo año consecutivo, la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia (SBS) inició el proyecto de siembra y cultivo de pascuas, actividad que sirve como recreación y terapia para los jóvenes en resguardo en el Centro Juvenil de Detención Provisional Etapa II, en San José Pinula, Guatemala.
Para este año, el objetivo es producir 1000 pascuas rojas, amarillas y fucsias. Para ello, se amplió el vivero a fin de que la producción aumente. En 2020 se cultivaron 700 ejemplares, los cuales tuvieron una efectividad del 80%.
La subsecretaria de Reinserción y Resocialización de Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal, Flor Dolores Hernández, destacó que este proyecto es financiado por la institución con recursos propios, que son el resultado de las ganancias obtenidas con las ventas de las pascuas del año pasado.
“Gracias a la buena administración del director del centro, Juan Carlos Martínez, quedó un remanente para ser reinvertido este año, y este capital se reutilizando para compra de fertilizante, tierra y otros insumos básicos”, añadió la funcionaria.
Por su parte, el titular de la SBS, Francisco Molina, destacó que este programa se implementa para evitar el ocio, riñas o motines y dotar de herramientas útiles a los jóvenes que cumplen su condena.
“Los muchachos, tarde o temprano, van a salir de estos centros y lo que nosotros queremos es que el programa que tienen aquí no sea solo para su bienestar emocional“, señaló Molina.
Valorar el trabajo
Carlos (nombre ficticio) comenta que tiene 16 meses de estar internado en Etapa II. La expectativa es que este nuevo proyecto tenga el mismo impacto que el año pasado, ya que se está poniendo empeño, dedicación y amor para que la cosecha de pascuas de este año sea un éxito.
“La plantas no se pueden descuidar un solo día. He visto cómo se entristece la flor cuando no recibe la atención debida; por ello, doy mi máximo esfuerzo para que la producción de este año sea mejor”, indica.
El joven agrega que le faltan pocos meses para regresar con su familia. Ya ha cumplido su castigo por los daños hechos a la sociedad y su sueño es iniciar su propio emprendimiento. “Este proyecto me llama mucho la atención y no es tanto por lo económico sino por amor y por el significado que representa el crecimiento de la planta”, puntualiza.