Las historias, novelas y películas de ciencia ficción quedaron atrás con el desarrollo y evolución constante de los robots, con aspecto, movimientos y algunas funciones propias de los seres humanos, que hace que cada día sea más difícil su diferenciación.
Esta tecnología ha causado desasosiego entre quienes están en contacto con esas máquinas hiperrealistas, muchas veces elaboradas a semejanza de sus creadores.
El investigador mexicano David Silvera-Tawil, del Instituto Nacional para las Artes Experimentales (NIEA), de Australia, ha comprobado que cuando se mezcla a la gente con robots geminoides, las personas que los observan pueden experimentar sentimientos encontrados, de ansiedad, nerviosismo e incluso miedo.
“Los robots no pueden reemplazar a las personas; sin embargo, cada vez más les ayudarán en todos sus deberes y necesidades en la vida cotidiana.”
Nadia Thalmann, Profesora de la Universidad Tecnológica de Nanyang.
Sin embargo, los robots geminoides, réplicas de los seres humanos, generan más confianza en los occidentales, que muestran una mayor simpatía hacia ellos y les consideran más inteligentes, en comparación con los asiáticos, según investigaciones del NIEA.
De hecho, la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur, ha presentado el robot humanoide Nadine, que se desempeña como recepcionista y es sorprendentemente parecido al ser humano, no solo en su apariencia, muy realista, sino además en sus habilidades sociales.
También la fábrica rusa de robots Promobot tiene un departamento especializado para crear autómatas con aspecto humano hiperrealista. En definitiva, a decir de la doctora Nadia Thalmann, de la referida universidad, a medida que el tiempo transcurre y la tecnología adelanta, los robots podrían convertirse en acompañantes para niños y ancianos, entre otras funciones.
Por: EFE