Luis Rodrigo López recorre 50 kilómetros todos los días desde su comunidad para llegar a la cabecera municipal de San Carlos Sija, Quetzaltenango. Proviene de una familia cuyos padres se dedican a la agricultura y migran, cada fin de año, a la zona del Soconusco, Chiapas, México, para cortar café.
La escasez de recursos económicos impidió que López continuara sus estudios después de completar la primaria. Sin embargo, el deseo de superación pudo más que las excusas para seguir preparándose académicamente. A sus 25 años, dicho personaje se convirtió en médico veterinario, y ahora cuenta con una clínica en San Carlos Sija. Su empresa le ha permitido dar empleo a cuatro personas más. En el otro extremo de nuestro país, en Ixcán, Quiché, vive Juana Lucas Pérez. A sus 22 años, y después de graduarse como maestra, se dedicó a alfabetizar de manera gratuita en dicho lugar cada fin de semana.
La enseñanza la combina con sus actividades en su microempresa: un vivero de flores que instaló en Cobán, Alta Verapaz, a 4 horas de su poblado. En ese lugar trabaja de lunes a jueves, y proporciona empleo a dos personas. Todos los viernes regresa a Ixcán para atender el otro asunto.
“Nuestro objetivo es propiciar las condiciones
para la armonización de las propuestas en la construcción de una política de juventud incluyente.” José Grijalva Director del Consejo Nacional de la Juventud
Los anteriores son solo dos ejemplos de cómo muchos jóvenes sacan toda su energía para hacer realidad sus sueños. “Las dificultades socioeconómicas son múltiples en el área rural, pero si uno se lo propone, puede lograr lo que quiere”, indica López.
“Mis padres crecieron en condiciones de pobreza, y cuando llegaron a Ixcán no había nada; estaban totalmente aislados de todo, y eso dificultó que me apoyaran con estudios superiores”, afirma Lucas, quien logró graduarse de maestra por sus propios medios.
Ventana de oportunidades
Las juventudes son diversas, habitan en contextos rurales y urbanos, pertenecen a pueblos indígenas, garífuna y xinca o se identifican como mestizos. Son hombres y mujeres que tienen historia propia vinculada con su territorio, su identidad y su servicio ciudadano, afirma el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), representación Guatemala.
Los países que invierten en la juventud educando, garantizando su salud, empleo y asegurando la salud sexual y reproductiva, abren una ventana de oportunidades para que su población en edad de trabajar genere recursos para contribuir al desarrollo, por medio de impuestos, seguridad social ingresos y ahorros.
12
de agosto es el Día Internacional de la Juventud.
Lo anterior es el deseo de José Javier Suárez, un joven de 23 años de edad quien, debido a la crisis sanitaria causada por el Covid-19, se quedó sin trabajo. Se considera con talento y capaz de poner en práctica su potencial en áreas de servicio como el de restaurantes, distribución de alimentos y electricidad.
Comenzaba a estudiar el segundo año de la carrera de Ingeniería cuando llegó la pandemia. Lo suspendieron de sus labores y dos meses después le notificaron que quedaba despedido.
“No me rendí. Con sacrificio compré una moto y me dediqué a la mensajería y al traslado de personas (como Uber). Quiero estabilizarme económicamente y retomar mis estudios el próximo año”, indica Suárez.
1
mil 800 millones de jóvenes viven en todo el mundo, según Unfpa.
Lucrecia Marroquín, estudiante de Medicina, expresa que admira a los galenos que luchan cada día para salvar vidas, especialmente los que se exponen al coronavirus. “Ellos son verdaderos héroes y me inspiran a continuar mi formación, a pesar de los problemas económicos”, refiere.
Sus padres fallecieron a causa de la enfermedad, y ahora ella se encarga de llevar el sustento para sus hermanos, de 15 y 17 años. Para ello, se dedica a hacer labores de jardinería y, de vez en cuando, la llaman para dar tutorías a niños con problemas con las matemáticas. “Estoy segura de que mañana (en el futuro) haré lo mismo que mis héroes: salvar vidas”, expresa.
Acciones
Todos los sectores de la sociedad y todas las personas tienen un rol en las acciones de inversión. Los beneficios son para toda la sociedad, pero en especial para las personas jóvenes de todo el país, indica el Unfpa.
Para que la juventud logre sus anhelos, es necesario no dejar atrás a ninguna persona adolescente o joven; garantizar que concluyan la educación secundaria; apoyar el empleo juvenil; crear más espacios para el involucramiento y la participación; garantizar el acceso universal a servicios de salud integrados y de alta calidad; evitar la violencia de género contra mujeres y niñas, y garantizar la paz y la seguridad para adolescentes y jóvenes.