Amnesiac, mellizo de Kid A, no tiene tanta fama como su hermano. Aunque salieron con pocos meses de diferencia y fueron concebidos en el mismo estudio, este disco de Radiohead es uno de los más discretos a pesar de que su discurso lírico critica un futuro distópico donde somos presos de la tecnología.
Como fanáticos de la banda, nos tomó un poco de tiempo encontrar el hilo conductor de Kid A, pero cuando llegó Amnesiac, el complemento hizo brillar la obra en conjunto.
Amnesiac elevó la vena sonora electrónico-rockera con un mayor despliegue atmosférico e instrumental de texturas musicales mejor desarrolladas que encuentran un eco emocional en nuestra mente.
Ciertamente, Amnesiac es más decadente, depresivo, bello y por momentos majestuoso. Con todo ello, este disco no encuentra un lugar dentro de la fila principal de las mejores placas de la banda británica. Inexplicablemente es un paria junto a otros poco apreciados como King Of Limbs (2011) o incluso A Moon Shaped Moon (2016).
Amnesiac es un disco que cuesta agarrarle cariño. Sobre todo por canciones tan poco melódicas y con una electrónica chocante como Pulk/Pull Revolving Doors y otras que por su melodía lenta tardan en explotar como el caso de You And Whose Army?
Elevó la vena sonora electrónico-rockera con un mayor despliegue atmosférico e instrumental.
Pero de pronto encontramos canciones como I Might Be Wrong o la autodestructuva Knives Out, que nos regresan a ese Radiohead del Ok Computer (1997) embotellado en un rock de bajo poder.
También pasamos por canciones que tienen una extraña melodía como Dollars and Cents, donde hay un juego de profundidades sonoras entre la batería y los sintetizadores y la voz ininteligible de Thom Yorke.
Al igual que Kid A, a las 0 horas del día de su estreno, el disco fue tocado en su totalidad por el MTV anglo y el MTV Latino.
El primer golpe que recibimos fue Pyramid Song una canción con un compás de piano que asemeja una marcha fúnebre. La cadencia, sin embargo, nos dirige a un glorioso final que trasciende la muerte y perpetúa la vida en cielos soleados donde las almas, cual luces, juegan a perseguirse como niños. Packt Like Sardines In a Crushed Tin Box es de las canciones que más desorientan entre un bit acelerado y demás sonidos en loop y otras percusiones que no encuentran dirección. Esa pérdida de concienca se explica en Life In a Glasshouse, que parece una marcha fúnebre propia de Nueva Orleans con una orquesta de Jazz que se muestra entre la fiesta y el terror. La más conmovedora por su minimalismo es Like Spinning Plates que se desdobla en un limbo que nos secuestra emocionalmente. Yorke musita frases que solo se escuchan en la agonía final antes de transición de este plano.
Amnesiac es un disco vital que si rompemos la línea de tiempo sin saber absolutamente nada de la banda, originaria de Oxford UK, nos encantaría por su densidad sonora, sus melodías experimentales altisonantes y letras que rayan la esquizofrenia que al encontrar lucidez nos rasgan la conciencia. Con 20 años sigue tan fresco.