El melocotón es un buen ejemplo de una fruta de temporada cuando abunda en el mercado; está de venta en las calles y resulta irresistible comprar uno o, mejor dicho, más que uno. Estará en su mejor momento de apariencia, sabor, consistencia, aún de precio; por lo mismo, se disfruta al estar en su punto justo.
Cada fruta tiene lo suyo como cualquier otra, pero unas atraerán más por sus diversas características como en este caso particular porque exhibe una apariencia tan distinta al poseer una piel fina y aterciopelada como ninguna otra. Externamente, presenta un color amarillo con diversas tonalidades, pero es al retirarle su piel que muestra su particular colorido amarillo intenso y una semilla significativa adherida a su pulpa.
La fruta fresca atrapa por su sabor, lo que es apreciado también por los conocedores.
¿Con o sin piel? Es cuestión de gustos para dar respuesta a lo que se busca, porque es deliciosa con su misma piel como para retirarla. De manera que de una u otra forma, su pulpa se deshace apenas entra en la boca, se perciben de inmediato sus jugos azucarados para dar rienda suelta a los sabores que ofrecen cual regalo al paladar.
La fruta fresca atrapa por su sabor por lo que es apreciada también por los conocedores, quienes además la disfrutan en preparaciones culinarias, pero considere que si busca cuidar su dieta, evite el consumo de los melocotones deshidratados porque contienen más calorías que los frescos.
Para elegir melocotones maduros, la recomendación es fijarse en que el color de fondo de la piel sea crema, amarillento, y nunca verde. Eso sí, consuma en breve porque al ser delicados se deterioran en seguida, o prepare algún postre.
Para quienes buscan un postre sencillo, simplemente podrían hervirlo con su cáscara en agua, le retiran la piel, finalmente es espolvoreado con azúcar o miel, por lo que con poco muestra sus atributos y deliciosos sabores. Pero el listado de opciones dulces es extenso, desde el clásico y reconocido Peach Melba, cuya presentación indica medio melocotón en almíbar, servido con una bola de helado de vainilla y crema batida que podría ser de frambuesa.
Sin duda, se apetecerá de inmediato porque lucirá su belleza dentro de la copa. Otras opciones son preparaciones dulces como en compota o en almíbar, aunque también acompañan de maravilla a recetas saladas como a las carnes de cerdo y aves. Valdrá animarse y experimentar con una opción agridulce con una salsa de melocotón con naranja.
Esta salsa es preparada con pocos ingredientes, por supuesto, con nuestro protagonista, el melocotón, jugo de naranja, sal, pimienta y chile cobanero ofrecerá un gusto variado a las recetas de casa. Si cuela esta salsa, quedará con una consistencia fina, aunque también podría prepararla con los ingredientes cortados en cubos pequeños, para aportar más texturas al plato sin dejar de lado el sabor y su colorido. Por tanto, disfrute de las cualidades del melocotón de forma natural o en su receta preferida, tanto dulce como salada.