Rodrigo Fernández Ordóñez
Director Presidente Comisión Nacional de Energía Eléctrica [email protected]
Dentro del Instituto Geográfico Nacional (IGN), institución que llevaba a cabo un trabajo altamente técnico y especializado, se creó una unidad especializada en el tema del agua llamada Dirección de Investigaciones de Recursos de Agua (Diria), que se encargaba del monitoreo y la recopilación de datos de nuestras aguas, apoyándose en las estaciones hidrológicas que para el efecto había instalado el INDE en los cauces que aprovecha para generación de energía eléctrica.
A su cargo estaba el Departamento de Aguas Subterráneas, importante unidad que estudiaba los mantos freáticos y corrientes acuíferas debajo de la tierra. Cuando el IGN pasó al control directo del Ejército, se le denominó Instituto Geográfico Militar (IGM); sin embargo, sus actividades se redujeron específicamente a la acción cartográfica.
Se tomó la energía eléctrica como uno de los temas de más urgente resolución.
Con el fin de atender los otros aspectos físicos que engloba el término “geografía”, se fundó el Instituto Nacional de Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), y se puso bajo la autoridad del entonces Ministerio de Obras Públicas. Al término del conflicto armado y en cumplimiento de los Acuerdos para una Paz Firme y Duradera, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) regresó a la autoridad civil. Tras el golpe de Estado de agosto de 1984 que provocó el relevo de la jefatura de Estado del general Ríos Montt por el general Oscar Humberto Mejía Víctores, se inició el proceso de reforma política y económica para regresar el ejercicio del poder a la administración civil. Así, dentro de estas actividades coordinadas por el coronel Echeverría, se realizaron propuestas de reforma política (lo que dio lugar a una nueva Ley Electoral y de Partidos Políticos), que llevó a la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente de 1985 y las elecciones generales del mismo año, en las que resultó electo presidente el licenciado Marco Vinicio Cerezo Arévalo, primer presidente de la era democrática.
En el paquete de reformas se incluyó también una necesaria reforma económica, dentro de la cual se tomó la energía eléctrica como uno de los temas de más urgente resolución, pues el INDE, para continuar funcionando como generador, transportista y distribuidor de la mayor parte del territorio nacional era, a la sazón, un barco que hacía agua por todas partes y que demandaba peligrosamente cada vez más recursos del erario nacional que ya desviaba recursos de educación y salud para cubrir los déficits de recuperación de cartera de las distribuidoras estatales Ederor y Ederoc. Esta aguda crisis económica fue el tono de la presidencia de Cerezo, marcada por las continuas huelgas y llamados a paros generales así como a una creciente inflación y la devaluación del quetzal, que llegó a la peligrosa tasa de cambio de Q10.00 por un dólar de los Estados Unidos.