Pocos escritores están vinculados de manera tan inextricable a una propiedad de los cómics como Chris Claremont (1950) con X-Men. Es comprensible por qué, pues además de una carrera alucinante de 17 años en Uncanny X-Men, también escribió New Mutants, Excalibur, Wolverine y otros “libros X” auxiliares. No solo definió a los X-Men, prácticamente para siempre, cambió los cómics con su énfasis en el desarrollo de personajes, el melodrama y la narrativa a largo plazo.
Nacido en Londres, Inglaterra, su familia se mudó a Estados Unidos cuando él tenía tres años y creció principalmente en Long Island. Empezó a trabajar en Marvel Comics poco antes de graduarse de la universidad.
Después de trabajar en varios títulos como Iron Fist, Ms. Marvel y Fantastic Four, en 1975 Claremont, que solo tenía 24 años, recibió el encargo de escribir Uncanny X-Men. Len Wein, escritor y editor de comics, pudo ver cuán entusiasmado estaba el joven escritor con los personajes y cuántas ideas tenía. Sin duda, fue la mejor decisión que Wein pudo haber tomado para el libro, Marvel y Claremont.
Los personajes de Claremont se caracterizan por su constante evolución.
Durante su tiempo en Marvel, Claremont cocreó numerosos personajes de X-Men, comoRogue, Psylocke, Kitty Pryde, Phoenix, Mystique y Gambit. Claremont escribió muchas historias clásicas, como The Dark Phoenix Saga y Days of Future Past, en las que colaboró con John Byrne. Desarrolló el personaje de Wolverine en uno de los favoritos de los fanáticos.
Las tendencias de Claremont como escritor se plasman en lo que hizo con esos personajes. Bajo su dirección, estos superhéroes crecieron, cambiaron y se profundizaron a un nivel que nunca antes habían tenido. De hecho, pensó que los X-Men deberían evolucionar constantemente, dando la bienvenida a nuevos miembros más jóvenes a medida que los mayores avanzaban y salían del título definitivamente. Cuando Cyclops dejó el equipo, después de la muerte de Jean Grey, nunca tuvo la intención de que regresara permanentemente. De hecho, ciertamente no tenía planes de traer de vuelta a Jean (lo cual es irónico, ya que él es quien la llamó Fénix).
Pero así no es cómo funcionan los cómics. A los editores no les gusta dejar sin usar a personajes populares, aunque ya hayan completado su arco narrativo. Tampoco les gusta que cambien o evolucionen. Claremont se vio obligado a revertir muchos de los cambios que había implementado. Este tipo de narración regresiva e intromisión de los editores contribuyó a la salida de Claremont de los X-Men, en 1991, al igualque el creciente poder de un nuevo grupo de artistas que pasarían a formar Image Comics.
Claremont volvería a los X-Men años después, pero es esa carrera inicial de 17 años la que siempre se mantendrá como su obra maestra, y (por mucho que a Marvel le encantaría duplicarla) el pináculo de X- Men como cómic.