Tokio, EFE).- La ciudad australiana de Brisbane organizará los Juegos Olímpicos de 2032,
una decisión que permite al COI planificar su agenda con tranquilidad, y a
largo plazo, tras las incertidumbres que ha vivido en la última década a causa
de la crisis económica y de la pandemia de coronavirus.
La 138 Sesión del Comité Olímpico Internacional (COI), reunida en Tokio,
respaldó mayoritariamente una propuesta de su Comisión Ejecutiva para conceder
la sede a Brisbane. Más que una elección, fue un trámite de ratificación en el
que cabían pocas sorpresas.
Es la primera vez que se otorgan los Juegos por este sistema, sin una
competición abierta entre varias aspirantes. Ahora el COI negocia discreta y
directamente, en lo que llama “fase de diálogo”, con las ciudades interesadas y
propone un nombre para su aprobación.
Nunca se había dado el caso de que antes de la inauguración de unos Juegos, los
de Tokio 2020 este viernes, se conociera ya el nombre de las tres siguientes
ciudades organizadoras: París en 2024, Los Ángeles en 2028 y Brisbane en 2032.
El COI responde con estas luces de largo alcance a la posibilidad de que
circunstancias sobrevenidas, como una crisis económica global, le deje casi sin
candidatas para acoger los Juegos, como pasó con la edición de 2024, o de que
una pandemia amenace la estabilidad económica del deporte mundial, como ha
ocurrido en el último año.
La recomendación de la Ejecutiva olímpica de favorecer a Brisbane fue acogida
con entusiasmo por la asamblea, que escuchó un informe muy positivo de la
responsable de la comisión del COI para las futuras sedes, la noruega Kristin
Kloster Aasen.
“Creemos que el Movimiento Olímpico puede estar seguro de que tenemos sobre la
mesa el mejor proyecto posible, con un plan maestro sostenible, en una nación
amante del deporte y con el apoyo mayoritario de la población y de los tres
niveles de gobierno”, dijo.
El australiano John Coates, vicepresidente del COI, se refirió a la seguridad
que proporciona una candidatura como la de Brisbane “en el más incierto de los
tiempos”.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, se dirigió a la asamblea de
votantes por videoconferencia desde su país para repasar su rica historia
deportiva y prometer “unos Juegos sanos y seguros”. También presumió de “una de
las naciones más multiculturales del mundo”.
Brisbane, que perdió ante Barcelona los Juegos de 1992, será la tercera ciudad
australiana sede, después de Melbourne en 1956 y Sídney en 2000. Australia se
convertirá, además, en el único país junto a Estados Unidos en acoger los
Juegos de verano en 3 ciudades distintas.