Diana Herrera
En una época en la que existe una creciente demanda de recuperación económica, comprender las barreras que enfrentan las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) se hace cada vez más necesario.
Los elevados costos financieros, ausencia de colaterales y exceso de trámites o procesos extensos para bajos montos de créditos son uno de los obstáculos comunes que estos empresarios enfrentan.
En particular, el tema de acceso se vuelve importante para ellos, ya que refiere el grado existente de consumidores nuevos, o que son desatendidos pueden tener acceso a productos o servicios financieros adecuados.
La inclusión financiera está compuesta por diferentes dimensiones de acceso, así como su utilización y calidad de los servicios ofrecidos a los individuos y pequeñas empresas.
Por otra parte, al hacer referencia al uso se trata de la regularidad y frecuencia de utilización de servicios financieros de forma pertinente.
En el caso de las mipymes, estas enfrentan barreras relacionadas con la falta de educación financiera por parte de sus propietarios y administradores.
Y este problema está ligado a la dimensión de calidad, la que se refiere al grado de satisfacción de las necesidades de los clientes con los servicios ofrecidos por el mercado.
Las principales barreras que enfrentan las mipymes respecto a la calidad están relacionadas con la ausencia de productos diseñados teniendo en cuenta sus necesidades, así como la existencia de productos deficientes para la planeación y financiación a largo término.
En general, sumando todas las dimensiones anteriormente mencionadas, nos referimos al nivel de bienestar financiero para las mipymes y de sus posibilidades para que estas prosperen y puedan expandirse, y logren mitigar la crisis bajo un manejo adecuado de riesgos.
Debido a la naturaleza de las mipymes, y de los emprendimientos en sus etapas tempranas, demandan más apoyo para promover sus capacidades empresariales, logísticas y financieras.
Esto último es clave, dado que representa la columna vertebral de la sostenibilidad operativa de los negocios y su posicionamiento comercial.
También es importante considerar que las mipymes son frágiles en términos productivos y financieros, y enfrentan problemas inmediatos como la liquidez, siendo el contexto del Covid-19 un factor que las contrae.
Sin embargo, existen también empresas que se basan en estructuras más consolidadas y que cuentan con sistemas de apoyo para su desarrollo, como por ejemplo aquellas que hacen parte de programas de valor compartido con empresas anclas o en programas de aceleración con incubadoras, entre otros.