Por María Godoy / Redacción DCA
El Diario de Centro América se trasladó a Chichicastenango, uno de los lugares donde el color está presente en cada paso que se da. Desde el rojo del tomate hasta sus máscaras, en tonos vibrantes y explosivos.
También, el fervor religioso y sincretismo entre la religión cristiana e indígena se palpa en los alrededores de la plaza principal.
Sincretismo
Usted podrá observar ceremonias ancestrales y católicas en la iglesia Santo Tomás; es un claro ejemplo de cómo dos religiones convergen.
La iglesia fue fundada en 1540; en su acceso hay 18 gradas, las cuales representan a cada uno de los meses mayas. Además, fue allí donde se encontró el escrito original del Popol Vuh, el libro sagrado k’iche’; según la cultura maya, este sitio es el primero del supramundo y el segundo del inframundo.
Si usted quiere conocer más ritos mayas, hay otros lugares que puede visitar, como la plaza ceremonial Oxlajuj B´aktun, o bien el cerro Pascual Abaj, que se caracteriza por colocar ofrendas a Pascual Abaj, dios K’iche’.
Entre danzas
Uno de los bailes representativos la Danza de los Moros y Cristianos.
Este se remonta a la Época Colonial, donde se representa la batalla entre los llamados moros y cristianos en España. Como dato curioso, durante el baile, nadie se puede quitar la máscara.
Haga un tiempo en su visita para conocer la Morería Santo Tomás, donde tres generaciones han trabajado durante años para confeccionar estos trajes, así como para diseñar cada una de las máscaras, y déjese sorprender por la magia del lugar.