Después de la salida de Alan Arkin, quien interpretó al sarcástico agente Norman Newlander, la serie perdió atractivo por mi parte. Arkin, un actor consumado de acidez, carisma y talento innato, se hizo a un lado antes de la preproducción de la última temporada, por razones de salud, luego que los largos días de grabación, montaje y producción le generaran anticuerpos.
Arkin se enfocó en escribir sus memorias, ya con sus 87 años de vida y más de 60 como actor. Con esta pérdida, el productor Chuck Lorre (Two and Half Men y The Big Bang Theory) y Michael Douglas se las arreglaron para cerrar con broche de oro una tercera y última temporada, dejando un sabor agridulce, fatalista, honesto y cursi.
Para soportar la pérdida de Arkin, Kathleen Turner tomó la batuta al interpretar a Roz Volander, la exesposa de Sandy Kominsky. Turner es una de esas actrices que no tienen desparpajo a la hora de hablar y actuar. Nos dejó doblándonos de la risa con su papel de la agente Sue Collini, en la tercera temporada de Californication (2009). La comedia se le da a Turner, a quien se le recuerda por ese drama intenso de La Guerra de los Rose (1989), con Michael Douglas, entre muchas brillantes actuaciones.
En esta última temporada, Sandy obtiene su gran
oportunidad
Lorre y Douglas se encargaron de darle un par de humildes victorias a Sandy Komisky. La serie inicia con el funeral de Norman, y ahora Sandy se convierte en el albacea de los bienes de su amigo, quien logró amasar una fortuna de US $150 millones. Además, Norman le regaló US $10 millones a Sandy solo por su amistad.
Otra de las líneas narrativas de la serie es buscarle un significado a la relación que tiene con su exesposa luego que la hija de ambos, Mindy (Sarah Baker), anunciara su matrimonio con el esposo sanguijuela Martin Schneider (Paul Reiser).
En esta última temporada, Sandy obtiene su gran oportunidad cuando le ofrecen el papel principal en la película El Viejo y el Mar, gracias a su amistad con Norman. La película será dirigida por el mismo director, Barry Levinson, quien hace uno de los cameos de la serie. Otro de los cameos es el de Morgan Freeman, donde además de actuar como él mismo, personifica a un doctor forense que habla en lenguaje inclusivo.
No se puede olvidar el resto del elenco con dos personajes importantes, como el de Lisa Edelstein en el papel de Phoebe, la hija de Norman, y un redescubierto Haley Joel Osment en el papel de Robby, hijo de Phoebe, quienes brindaron una mancuerna odiosa y divertida a todo el ensamble.
La serie, que se puede ver completa en un día, mantuvo ese sabor agridulce del otoño de los últimos años donde la muerte se convierte en un personaje invisible y presente. Pero no es solo eso, los personajes también intentan, en el poco tiempo que les queda, enmendar los errores que cometieron en sus “mejores días”.
Reconciliación y reivindicación, El Método Kominsky deja la sensación que ganar una batalla es mejor que no ganar ninguna.