sábado , 23 noviembre 2024
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Apocalipsis marítimo (II)

Frank Gálvez 

Locutor y periodista
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Un frío atardecer de 1997, el capitán Charles Moore regresaba a su puerto de origen, en Long Beach, California,después de competir en una carrera de yates, cuando decidió tomar un atajo en el mar que pocos náuticos atraviesan. Los marineros lo evitan, porque esa área carece del viento necesario para impulsar sus embarcaciones. Los pescadores lo esquivan, porque sus aguas no poseen los nutrientes necesarios para sustentar una captura abundante. Sin embargo, mientras contemplaba desde su cubierta lo que debería haber sido un mar despejado, se enfrentó, hasta donde alcanzaba la vista, con una sombra oscura en la superficie.  

“…Parecía increíble, pero en la semana que me tomó cruzar el alto subtropical, no importaba a qué hora del día mirara, había basura flotando por todas partes: botellas, bolsas, envoltorios, fragmentos. Meses más tarde, luego de hablar de lo que había visto con el oceanógrafo Curtis Ebbesmeyer (quizás el mayor experto mundial en restos flotantes), fue bautizada como la ‘Gran mancha de basura del Pacífico’”, indicó en 2003 en un artículo para la revista Natural History. Conocida también como Isla basura, este sitio se formó como resultado de la polución marina agrupada por la acción de las corrientes. Un análisis de la Fundación The Ocean Cleanup expone la composición del basural: el parche pesa un aproximado de 87 mil toneladas, y está compuesto por altísimo porcentaje de microplásticos que se mezclan con elementos más grandes, como equipo de pesca desechado y anillos plásticos para latas. Entre las especies más afectadas están las tortugas Caguama, que a menudo confunden las bolsas de supermercado con medusas Sombrilla, su comida favorita; y los albatros, que creen que los balines de resina plástica que flotan en la aglomeración son huevos de pescado, que inocentemente toman y dan como alimento a sus polluelos, los cuales mueren de hambre o se asfixian al ingerirlas. Finalmente, el resto de vida marina en la zona muchas veces se ahoga atrapada por los desperdicios en un fenómeno conocido como “Pesca Fantasma”.

”El mar, una vez que te hechiza, te engancha en su maravillosa red para toda la eternidad.“ Jacques Yves Cousteau.

El pasado 3 de julio, se conmemoróel Día Internacional sin Bolsas de Plástico. La ONG Zero Waste Europe indicó en un comunicado que “Si el mundo no detiene la producción por completo, dentro de 30 años, el peso de las bolsas de plástico arrojadas a los mares y océanos superará al de todas las criaturas que viven en ellos”. Hagamos conciencia y decidamos de una vez qué vale más la pena: El uso del plástico o la vida de nuestro planeta.

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