San Petersburgo, EFE.-
Parecía que se repetiría la historia de hace tres años en el Mundial, pero esta
vez salió cara. España ganó la ruleta rusa de los penales y se metió en semifinales
sobre una heroica Suiza (1-1), que jugó toda la prórroga con un hombre menos.
España se mete así en su primera semifinal de un gran torneo desde la Eurocopa
de 2012. Un gran éxito de Luis Enrique Martínez, que confió en estos jugadores
a muerte pese a los dos empates consecutivos en la primera fase.
Y eso que Busquets falló el primer penal de la tanda y Rodri también erró el
suyo. Por suerte, Unai Simón detuvo dos remates y llevó a España a Londres.
No fue la España brillante de los octavos contra Croacia. El balón corrió poco.
Le faltó movilidad a los centrocampistas y desborde a los delanteros. Mejoró
España en la prórroga, pero solo convirtió en un héroe al portero helvético.
Suiza demostró ser el ogro que tumbó a los franceses. Una disciplina táctica a
prueba de bomba en juego posicional y una precisión de relojero a la contra.
Estuvieron a punto de echar a España a la calle y hacer historia.
Todo eran silbidos contra España y ovaciones al equipo helvético en
inferioridad numérica. El acoso y derribo se recrudecía. Se mascaba la
tragedia. España no quería someterse a la lotería de los penales. No pudo
evitarlo.
Y la ruleta de los penales dictó sentencia. Unai Simón detuvo dos y Oyarzabal
metió a España en semifinales. Salió cara.