Diana Herrera
Junio fue el aniversario décimo de los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos, los cuales constituyen un importante paso adelante en los esfuerzos para prevenir y regular los deberes y responsabilidades en materia de derechos humanos relacionados con las diferentes actividades productivas y su impacto.
Como parte del mandato del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos, se está emprendiendo un nuevo proyecto para trazar el curso de una década de acción sobre las empresas y los derechos humanos. Este esfuerzo, informado por amplias consultas con las partes interesadas, hará un balance de los logros alcanzados hasta la fecha, y evaluará vacíos y desafíos existentes, además de construir una hoja de ruta para la implementación más amplia y general de los Principios Rectores, de aquí hasta 2030.
Entre algunos aspectos a considerar se estará evaluando la acción institucional, así como el papel y la influencia de los actores del sector financiero. Esta tendencia multiactor genera un impulso en las oportunidades para integrar un renovado enfoque sobre el respeto a los derechos humanos en la forma de hacer negocios, así como también manejar expectativas en la inversión.
La creciente ola de legislación obligatoria de debida diligencia en materia de derechos humanos, el aumento de atención de los inversores y los llamados a poner a las personas y al planeta en el centro de las respuestas a la pandemia del Covid-19, así como la reactivación económica, son factores que el Grupo de Trabajo tomará en consideración para la implementación de los próximos diez años.
10 años de los Principios Rectores en Empresa y Derechos Humanos de las Naciones Unidas marcan una agenda global para la acción.
Entre las necesidades que se destacan para la implementación exitosa de los Principios Rectores en el futuro están los siguientes puntos: 1. Integrar los pilares de “Proteger, Respetar y Remediar”, en el contexto de participación del sector privado para la realización de los Objetivos de Desarrollo; 2. Hacer que la debida diligencia forme parte de las políticas internas de las empresas e inversores; 3. Integrar medidas que cuenten con la perspectiva de género en la política y en la acción de las empresas, para responder a las experiencias únicas de las mujeres; 4. Aprovechar el potencial de los acuerdos de comercio e inversión para promover el respeto de los derechos humanos; y, por último, 5. Aplicar los Principios Rectores, para mitigar el cambio climático y lograr económias sostenibles. Estas necesidades se convertirán en hechos por medio de una hoja de ruta que el Grupo de Trabajo estará realizando, basados en las aportaciones de las distintas partes interesadas, para establecer una estrategia de aplicación con objetivos y metas para los Estados, las empresas y asociaciones empresariales, las organizaciones internacionales y otros agentes.
1. Integrar los pilares de “Proteger, Respetar y Remediar”, en el contexto de participación del sector privado para la realización de los Objetivos de Desarrollo; 2. Hacer que la debida diligencia forme parte de las políticas internas de las empresas e inversores; 3. Integrar medidas que cuenten con la perspectiva de género en la política y en la acción de las empresas, para responder a las experiencias únicas de las mujeres; 4. Aprovechar el potencial de los acuerdos de comercio e inversión para promover el respeto de los derechos humanos; y, por último, 5. Aplicar los Principios Rectores, para mitigar el cambio climático y lograr económias sostenibles. Estas necesidades se convertirán en hechos por medio de una hoja de ruta que el Grupo de Trabajo estará realizando, basados en las aportaciones de las distintas partes interesadas, para establecer una estrategia de aplicación con objetivos y metas para los Estados, las empresas y asociaciones empresariales, las organizaciones internacionales y otros agentes.
