Walter Josué Siquiej
Asesor de la Dirección de Escuela de Gobierno y Gestión Pública [email protected]
Quien posee datos, posee poder. Es evidente que en la actualidad la globalización, redes sociales, blogs, sitios web, aplicaciones móviles y cualquier otro medio tecnológico ha acercado a las instituciones públicas y a los ciudadanos, permitiendo el desarrollo de una interacción más acertada, instituciones que han implementado efectivamente las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) no solo han hecho que la labor del servidor público sea mucho más eficiente y eficaz, sino que brindan una pronta respuesta a las necesidades de los ciudadanos.
La pregunta es… ¿Qué hacemos con tanta información? Si bien es cierto que “Quien posee datos, posee poder”, podemos determinar que, en sí misma la información no es buena ni mala, las consecuencias dependerán del uso que se le pueda dar a los datos proporcionados, por lo que es necesario que tanto las instituciones gubernamentales comprendan la diferencia entre dato abierto y dato cerrado, y los ciudadanos sepan cómo utilizar las mismas. Considerando que la filosofía detrás de los datos abiertos, según la Política Nacional de Datos Abiertos, se basa en empoderar a la ciudadanía para que exista más participación en la esfera pública, de tal manera que:
(1) Se pueda analizar libremente los ingresos y gastos gubernamentales, las contrataciones de recurso humano, las adquisiciones de bienes y servicios, etc.
(2) Los ciudadanos puedan conocer las inversiones de infraestructura que se realizan en su comunidad y alrededores, el estado de los servicios de seguridad, de salud, educación e infraestructura de comunicaciones (carreteras, energía, telecomunicaciones, vivienda, etc.).
Quien posee datos, posee poder.
(3) Se promueva la participación dinámica en la toma de decisiones sobre temas relevantes para la calidad de vida y el bienestar.
(4) Tenga lugar la exigencia ciudadana a las autoridades locales y nacionales sobre transparencia en el gasto, gestión efectiva y rendición de cuentas. Y, finalmente,
(5) La aceptación o rechazo de los candidatos a elección popular. Los datos abiertos son datos disponibles, depende del involucramiento de cada ciudadano para ser utilizados y empoderarse de esa manera para contribuir con los resultados positivos en el país, existe un enorme poder detrás de los datos abiertos, hoy podemos hacer uso de ello.
(1) Se pueda analizar libremente los ingresos y gastos gubernamentales, las contrataciones de recurso humano, las adquisiciones de bienes y servicios, etc. (2) Los ciudadanos puedan conocer las inversiones de infraestructura que se realizan en su comunidad y alrededores, el estado de los servicios de seguridad, de salud, educación e infraestructura de comunicaciones (carreteras, energía, telecomunicaciones, vivienda, etc.). (3) Se promueva la participación dinámica en la toma de decisiones sobre temas relevantes para la calidad de vida y el bienestar. (4) Tenga lugar la exigencia ciudadana a las autoridades locales y nacionales sobre transparencia en el gasto, gestión efectiva y rendición de cuentas. Y, finalmente, (5) La aceptación o rechazo de los candidatos a elección popular. Los datos abiertos son datos disponibles, depende del involucramiento de cada ciudadano para ser utilizados y empoderarse de esa manera para contribuir con los resultados positivos en el país, existe un enorme poder detrás de los datos abiertos, hoy podemos hacer uso de ello.