Reclusas del COF, dispuestas para su reinserción social.
En Guatemala, la reinserción social es un tema de suma importancia y, en gran parte, la clave fundamental para la sana convivencia entre la sociedad y quienes han cumplido una pena dentro de los centros penitenciarios.
Para lograr esta tarea, las autoridades del Sistema Penitenciario (SP) impulsan la participación de las reclusas en talleres de formación técnico-laboral, como panadería y repostería, corte y confección y cultoras de belleza, lo cual permitirá a las mujeres del Centro de Orientación Femenina (COF), en Fraijanes, desarrollar habilidades y destrezas en un área específica para ser productivas al salir en libertad.
Por otra parte, también se fomenta la formación escolar de dichas mujeres. Para esto, recientemente se habilitó un nuevo laboratorio de computación, a fin de generar nuevos conocimientos y apoyar en la formación profesional de las privadas de libertad.
Este espacio, que está equipado con 10 computadoras ya instaladas, permitirá que 40 reclusas, divididas en cuatro grupos de 10, puedan aprender conceptos básicos de ofimática aplicada, que podrán implementar cuando salgan del centro.
“Nosotros seguimos el mandato presidencial de apoyar todos los proyectos de reinserción y rehabilitación. Es por ello que, bajo todas las medidas de seguridad y orden, se llevan a cabo estas acciones en el COF”, expresó Luis Rodolfo Escobar, director general del Sistema Penitenciario.
Con ello, el Gobierno de la República continúa los procesos encaminados a dar una oportunidad a aquellas personas que cometieron una falta o delito, por lo cual fueron condenadas y ahora están en su proceso de reinserción.
Las internas han aprendido a elaborar mascarillas, que usa el personal del SP.
El aspecto espiritual también prevalece en la prisión, donde las privadas de libertad asisten a una capilla para fomentar la fe religiosa.
Corte y confección es otro de los talleres del COF, ubicado en Fraijanes.
El reclusorio está dotado de equipo especial. Los artículos elaborados son promocionados en los mercados locales.
Nunca es tarde para formarse, y esa premisa predomina entre las mujeres que reciben clases en un espacio especial en la cárcel.
La panadería es uno de los oficios que se desarrollan en la prisión para mujeres.
Dos reclusas del COF han aprendido a confeccionar imágenes religiosas en telas especiales.