Sebastián Toledo
La esclerosis múltiple, conocida también como esclerosis de placas, es una enfermedad neurológica crónica, produce inflamaciones en el sistema nervioso central y afecta a por lo menos entre 2.3 o 2.5 millones de personas en el mundo. Deriva progresivamente en deficiencias físicas, sensoriales y mentales en las personas que la adquieren. Se inicia con problemas de ansiedad y depresión, que alteran la relación de las personas con su entorno, por conseguir un tratamiento médico oportuno, además de que las medicinas están fuera del alcance de la mayoría.
Se le considera una de las principales causas de discapacidad de origen neurológico, pero así también la alteración de la estabilidad del núcleo familiar. Porque, además de disponer de alguien para cuidar al miembro afectado, deben procurarse recursos económicos para adquirir los medicamentos y proveer una buena calidad de vida, que conlleva una buena dosis de solidaridad y comprensión.
Desde hace más de 15 años se constituyó en Guatemala la Asociación Guatemalteca de Esclerosis Múltiple (Asogem), organización que libró una importante lucha por el acceso de las personas a los medicamentos. Al menos para quienes tienen la protección de la seguridad social, porque aquellos que no tienen este beneficio deberán atenerse a los limitados recursos familiares, que ante la magnitud de la enfermedad, siempre serán limitados.
Se le considera una de las principales causas de discapacidad de origen neurológico.
Consciente de la problemática de las personas que presentan esta enfermedad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró, en 2009, el 30 de mayo como Día Mundial de la Esclerosis Múltiple. El objetivo es generar conciencia y compromiso en el entorno social y organizacional, para contribuir con la calidad de vida de las personas afectadas. Pero, más allá de ello, impulsar y fortalecer programas de atención integral.
En los últimos años, la OMS ha impulsado una campaña que visibiliza la esclerosis múltiple, donde todos y todas debemos conectarnos para contribuir con los esfuerzos de país por mejorar las condiciones de las personas afectadas. Porque al final la enfermedad será progresiva, pero en esa medida los programas de apoyo personal y familiar tendrán que ser lo más fuerte posible, para prestar un apoyo seguro y efectivo a las personas con esclerosis múltiple.
