Héctor Morales
Analista de comunicaciones, Residente de las Naciones Unidas en [email protected]
En diciembre de 2005, la Resolución 60/5 de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Mejoramiento de la Seguridad Vial en el mundo solicitó una Semana Mundial sobre la Seguridad Vial. Esta resolución respaldaba resoluciones anteriores, que reflejaban la creciente preocupación de los gobiernos y la comunidad internacional, incluida la enfocada en la salud pública y el desarrollo, en relación con el problema de los traumatismos causados por el tránsito.
Del 17 al 23 de mayo de 2021, se lleva a cabo la Semana de la Seguridad Vial. Este año, enfocada en la reducción de la velocidad de vehículos en áreas de riesgo para peatones.
En Guatemala, los riesgos para las personas que caminan, incluso en la acera, se vuelven muy altos. Ya no se diga a quienes necesitan cruzar una calle. Los pasos de cebra no son respetados. Hay una invasión constante de los vehículos de esos espacios reservados para las personas que se desplazan con sus piernas, no con ruedas. Es muy positivo el adelanto del ser humano. Desde el uso de un andador con ruedas o araña, el uso de monopatín, bicicletas, motocicletas, automóviles, autobuses, trenes y buses. Pero, ¿dónde queda el valor de la vida humana en su dimensión natural de caminar con sus piernas? O más complejo aún, los derechos de quienes usan muletas, bastones o sillas de ruedas. ¿Estamos ayudando a proteger sus vidas?
En las Naciones Unidas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) / Organización Mundial de la Salud (OMS), como instancia que lidera los temas de seguridad vial, se impulsa el paquete Salve Vidas. Una guía que orienta cómo contemplar los factores de riesgo en las políticas públicas de seguridad vial.
Del 17 al 23 de mayo se lleva a cabo la Semana de la Seguridad Vial, enfocada en reducir los hechos de tránsito, y se acordó 30 km/h en áreas pobladas.
En la región de las Américas ocurre un 11% del total de las muertes causadas por el tránsito, lo que representa casi 155 mil defunciones al año. Esta cifra equivale a 13% del total de la población mundial y a 25% del número total de vehículos registrado.
Un 34% de las muertes causadas por el tránsito es de ocupantes de automóviles, mientras que 23% de ellas es de motociclistas. El porcentaje de muertes de peatones es de 22%, mientras que los ciclistas representan el 3%, y 18% de las defunciones corresponde a “otras categorías o no especificadas”. Dado su impacto sobre la carga en la salud mundial, el tema de seguridad vial se ha incluido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030. El ODS 3 busca garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades. En su meta 3.6, se pretende que para 2020 se logre reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico en el mundo. En el caso del ODS 11 se busca lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. Su meta 11.2 pretende que, para 2030, se logre proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles para todos y mejorar la seguridad vial, en particular mediante la ampliación del transporte público, prestando especial atención a las necesidades de las personas en situación vulnerable, las mujeres, los niños, las personas con discapacidad y las personas de edad.
Las calles con límites de velocidad bajos salvan vidas y son la esencia de cualquier comunidad. La limitación de la velocidad a 30 kilómetros por hora en zonas donde se mezclan las personas y los automóviles contribuye a que las calles sean saludables, ecológicas y adecuadas para convivir; en otras palabras, calles para la vida.
Es importante que exista mayor interés en el diseño de políticas públicas, para que se actúe en el establecimiento de límites de velocidad bajos en las calles de todo el mundo. Únase a la iniciativa #Love30 para reclamar que el límite de velocidad bajo en el centro de la ciudad, en avenidas llena de peatones, sin importar cómo se llame su ciudad o su población.