Sentirse invisible es lo que más recuerda de ser indocumentado en EE. UU. el neurocirujano mexicano Alfredo Quiñones-Hinojosa, conocido como Doctor Q., que saltó la valla fronteriza en 1987 y ahora inspira un filme de Brad Pitt que retrata su vida y su empeño por hallar una cura para el cáncer cerebral.
“Pienso que estoy empezando a utilizar mi voz para darle cara a aquellos que se sienten así”, expresa en una entrevista el presidente de Cirugía Neurológica de la Clínica Mayo en Jacksonville (Florida). A los 53 años, Quiñones-Hinojosa celebra que Plan B, la productora de Pitt, siga abordando temáticas sociales y universales como lo hizo con Twelve Years a Slave, Selma o Moonlight.
Dice que conoce poco de la producción, que han sonado varios actores, incluido el propio Pitt para hacer de Doctor Q. y que apenas sabe que el guion está en su etapa final. El neurocientífico, que cuando no trabaja se evade corriendo y escuchando la música de Rocky, agradece a la productora de Pitt por tratar de cambiar los estereotipos de los latinos en el cine “como los narcos”.
“Lo que ellos están tratando de decirle al mundo es que hay gente humilde que ha llegado a lo máximo de lo máximo”, agrega, pero aclara que su trabajo se debe a un gran equipo.
La película tiene tela de dónde cortar: su trabajo como agricultor y soldador para sacar adelante a su familia en México, su automóvil AMC Gremlin, donde dormía por esas épocas o su renuencia a acortar el nombre para complacer a aquellos en la Universidad de Harvard que no sabían pronunciar Quiñones.
Cuenta que cuando estudiaba medicina le sugerían que siguiera los pasos del actor Anthony Quinn, que realmente se llamaba Manuel Antonio Rodolfo Quiñones, y adoptó como nombre el de Al Quinn. Sin embargo, el inmigrante de Mexicali, que fue el elegido para el discurso de graduación de su promoción en Harvard, hizo lo contrario, unió sus apellidos Quiñones-Hinojosa para mantener “orgullosamente” sus raíces. Ante la dificultad de pronunciación de sus colegas, terminaron llamándolo Doctor Q. A él no le disgusta y lo utilizó en su libro Becoming Dr. Q.: My Journey from Migrant Farm Worker to Brain Surgeon (2011), que relata sus logros como graduarse de medicina en 1999, el mismo año que se hizo ciudadano, pero también sus comienzos cultivando tomates, sandías, uvas y coliflores en California.
Cultura, EFE.