La mujer es el único ser de la creación que tiene las estructuras físicas, orgánicas y mentales para preservar la permanencia del género humano sobre la Tierra.
Solo la mujer tiene la capacidad para concebir a otro ser humano, suministrarle un hogar primigenio, darlo a luz y, finalmente, alimentarlo y cuidar de él hasta que alcance su autosuficiencia.
“La mujer participa en el proceso educativo básico que ulteriormente le permitirá a su hijo incorporarse plenamente a la sociedad, como un ciudadano útil”, dice María de los Ángeles López, madre de cuatro hijos.
La belleza de la mujer
Los grupos humanos más primitivos se han asombrado ante la maternidad.
“Entre los vestigios más intrigantes de las obras realizadas por el hombre de Cro-Magnon, hay estatuillas que los arqueólogos llaman Venus, a causa de su curvilínea representación del cuerpo femenino”, dice Tom Prideux, crítico literario de Time Life.
Miles de años después, entre los griegos, se encuentra la llamada “Venus de Milo” que es una de las expresiones artísticas más perfectas de la belleza femenina.
El varón puede ser apuesto, guapo, fuerte, buen proveedor. Pero la belleza, en busca de un templo para aposentarse, no encuentra mejor recinto que el cuerpo femenino. En el curso de su vida, la mujer puede pasar por grados crecientes de perfección: linda, preciosa, hermosa y, finalmente, bella.
Algunos antropólogos han observado que la mujer alcanza la belleza en su más alto grado de perfección, cuando también alcanza el nivel óptimo de su capacidad reproductiva.
El misterio de la reproducción
Durante miles de años, los seres humanos se reprodujeron sin tener conocimiento preciso del proceso reproductivo. Muchos grupos humanos eran incapaces de asociar las relaciones sexuales con la concepción de un hijo.
Solo recientemente, los biólogos han descifrado algunos de los enigmas relacionados con la reproducción.
Gregor Mendel fue uno de los primeros genetistas que descubrieron la forma en que los caracteres se trasmiten de unos seres a otros. Fu él quien primero mencionó los genes, como depósitos de los caracteres heredables.
Ulteriormente, el uso del microscopio permitió conocer la forma en que el óvulo femenino y los espermatozoides se producen y se encuentran para emprender la ruta del desarrollo de un nuevo ser.
Más recientemente, Watson y Crick encontraron la forma en que se realiza la reproducción a nivel molecular.
Una vez fecundado el óvulo, se desarrolla un complejo proceso de gestación que dura nueve meses, en el curso de los cuales se produce un embrión, el que finalmente se convierte en un niño.
El proceso llega a su fin con el parto, una de las pruebas más exigentes para la mujer que se transforma en madre.
La salud de la mujer
El sistema reproductivo de la mujer es una estructura poderosa, pero también es extremadamente delicada y puede ser víctima de enfermedades agresivas, como el cáncer de cérvix.
Como la ciencia conoce el origen de esta patogenia, se ha logrado también desarrollar una medida protectora: la vacuna contra el papiloma humano, que toda mujer debe aplicarse, como medida absolutamente necesaria para preservar su salud reproductiva.
A pesar de las transformaciones que en el curso de la historia ha tenido, la familia sigue siendo el núcleo de la sociedad. Y en ese contexto, la relación entre madre e hijo sigue siendo una pieza fundamental de la sociedad.
“La maternidad es un privilegio de la mujer”, dice la licenciada María del Carmen López. “Pero también es el origen de una gran responsabilidad frente a la sociedad”.
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