El sistema de lectoescritura braille ha acercado la educación, el arte y la cultura a las personas con discapacidad visual en todo el mundo, y Guatemala no ha sido la excepción.
Creado en el siglo XIX por Luis Braille, dicha forma de escritura y lectura ha ayudado a mejorar la comunicación al referido sector de la población, dándole independencia e igualdad en el acceso a la enseñanza.
Sin embargo, según datos del Consejo Nacional para la Atención de las Personas con Discapacidad (Conadi), el 53% de las personas ciegas no tienen acceso al citado sistema.
Instituciones como el Benemérito Comité Pro-Ciegos y Sordos de Guatemala realizan esfuerzos para transcribir libros o cualquier otro documento que se les solicite, mediante la Unidad de Producción Bibliográfica (UPB), en la que un equipo realiza las adaptaciones a bajo costo.
Actualmente se crean dibujos en alto relieve, como complemento a la lectura, para mejorar la comprensión a través del tacto. Además, se imparten cursos en sus centros, en los centros de rehabilitación y al público en general.
El Comité Pro-Ciegos cuenta con una Biblioteca Braille, adscrita a la Biblioteca Nacional, que cuenta con 500 títulos impresos, 2 mil en audio y 48 mil en digital. Este recinto se basa en el Tratado de Marrakech, ratificado por nuestro país en junio de 2016, que facilita la reproducción de los textos.
La máquina Perkins se ha utilizado para reproducir documentos y para adaptar papeletas de las elecciones generales.
La Unidad de Producción Bibliográfica cuenta con un equipo que adapta libros o cualquier documento a dicho sistema.
Varias instituciones imparten cursos del sistema braille a todo público.
El Comité Pro-Ciegos cuenta con una impresora especial para procesar libros en braille, la cual reproduce hasta 1 mil 200 hojas por hora.
Uno de los textos más consultados en la Biblioteca es La Biblia, que en la versión Reina Valera consta de 48 tomos.