No es aconsejable sacar los textos fuera de contexto, puesto que se convierten en pretextos. Pero voy a partir de un sugerente título de I. Gabilondo para una de sus colaboraciones periodísticas: Una sociedad sin puntos en común, es una sociedad sin sentido común. Me viene como anillo al dedo para reflexionar sobre el patrimonio cultural como signo de identidad común y elemento de cohesión y vertebración de nuestros pueblos. Recientemente, 2018 fue declarado Año Europeo del Patrimonio Cultural, con el objetivo de animar a descubrir y comprometerse con el rico acervo recibido, reforzando el sentimiento de pertenencia a un espacio común.
El lema adoptado fue, Nuestro patrimonio: donde el pasado se encuentra con el futuro. Patrimonio, tradición e identidad son tres conceptos que se relacionan pero que poseen su propio ámbito. Por tradición entendemos lo que se nos ha transmitido del pasado, aunque hay que tener en cuenta que no es inmóvil e inalterable, sino dinámica, cambiante y adaptativa. El patrimonio, material e inmaterial, constituye la expresión de la cultura de un grupo humano y establecen un vínculo entre generaciones.
La identidad se refiere a la tradición y al patrimonio, teniendo siempre en cuenta que el ser humano es gregario y busca coincidencias, en aras de sentirse miembro de un colectivo, desarrollando el sentido de pertenencia.
2018 fue declarado Año Europeo del Patrimonio Cultural.
La identidad de nuestros pueblos ligada a su patrimonio. La identidad cultural de un pueblo viene definida a través de múltiples aspectos en los que se plasma su cultura, como el legado histórico-artístico, la lengua, las relaciones sociales, los ritos, las ceremonias propias, los comportamientos colectivos y otros elementos inmateriales.
Monumentos y objetos resultan específicamente eficaces como condensadores de valores. Por su presencia material y singular, como bienes culturales concretos, poseen un elevado significado simbólico, que asumen y resumen el carácter esencial de su contexto histórico Los bienes culturales ayudan a profundizar en la historia de los pueblos y perfilan su propia identidad, personal y colectiva.
Continuará…