Imaginemos el siguiente escenario: producto de la pandemia, una gran empresa dedicada al retail ha tenido un fuerte aumento en la demanda de sus productos, debiendo enfocar su equipo humano y tecnología a satisfacer las necesidades de sus clientes en los canales de venta presencial y online.
A los ejecutivos de esta empresa les gustaría mucho poder innovar en la variedad de sus servicios y han detectado algunos aspectos estratégicos de mejora, pero literalmente “se los come la máquina” y no tienen ni el tiempo, ni los recursos para poder concretarlos.
Paralelamente, un grupo de jóvenes logró dar forma a su emprendimiento en los últimos meses. El producto ya tiene sus primeros clientes, un buen feedback y un modelo de negocios que funciona, pero necesitan fondos y una vitrina donde poder mostrar su propuesta a un público masivo, logrando así la escalabilidad que necesitan.
Sin saberlo aún, la empresa y el emprendimiento se necesitan mutuamente y ambos pueden salir enormemente beneficiados si trabajaran en equipo. La buena noticia es que existen instancias para que ambos converjan a través de la innovación abierta, donde las grandes compañías pueden externalizar sus necesidades y desafíos de innovación y combinar eficazmente el funcionamiento interno de la organización con el talento, el dinamismo, la flexibilidad y la mirada fresca que poseen los emprendedores y startups.
Si el experimento tiene éxito, la alianza entre empresa y emprendimiento puede extenderse y dar paso a nuevas opciones de trabajo conjunto y crecimiento. Incluso las empresas pueden entregar beneficios extra como difusión de la startup en sus redes sociales, asesoría en marketing y ventas, incluso capital financiero, etc.
Existen actualmente en Chile varias iniciativas de este tipo, donde el sector privado realiza convocatorias abiertas para que los emprendedores tengan la oportunidad de implementar sus soluciones en un mercado mucho más amplio del que podrían acceder por sí mismos, además de conectarse con fondos y redes que les permitan crecer. Las empresas también se benefician, ya que al estar resolviendo los problemas del día a día insertos en su propia estructura, muchas veces son incapaces de ver las soluciones desde otro ángulo o pierden contacto con el cliente final. Continuará…