Hi, kifak, ça va? Así es como te suelen saludar en el país de los cedros. Estas tres expresiones -el inglés Hi, el árabe kifak y el francés ça va- equivalen más o menos al hola castellano. Como muchas personas de mi generación, conocía el Líbano porque pasé la infancia escuchando noticias sobre las guerras que se libraban allí. Lo que no sabía era que, al cabo de unos años, acabaría instalándome en este país después de dar algunas vueltas.
Terminé Derecho en la Universidad en 1998 y, tras vivir en Logroño, Pamplona y Sevilla, me trasladé a Roma en 2010. Dos años después, ya con la decisión de irme al Líbano tomada, pasé en París tres meses para hacer un intensivo de francés y llegué a Beirut en septiembre de 2012.
Quizá recordéis uno de los sucesos más duros que padecimos el año pasado. El 4 de agosto, mientras callejeaba por Biblos, una ciudad antigua de gran interés histórico, a unos cuarenta kilómetros de la capital, escuché dos explosiones. Segundos después del estruendo, nos miramos pensando: “¿Qué habrá sido esta vez?”. En Biblos nos enteramos de que los ruidos se debían a un estallido con epicentro en el puerto de Beirut.
Lo primero en lo que pensé fue en mi casa. Vivo tan solo a un kilómetro y medio de la zona cero de aquel accidente, en una residencia del Opus Dei en el barrio de Achrafieh, y tras algunas llamadas supe que, alhamdulillah -gracias a Dios-, todos estaban bien.
Eso sí, los cristales de nuestro edificio, que tiene tres plantas, quedaron hechos añicos, y las paredes y los muebles parecían un queso gruyer. Los falsos techos se vinieron abajo y algunas puertas se volatilizaron. En cambio, la estructura del bloque no sufrió daños ni tampoco la instalación eléctrica ni las tuberías. Realmente, las tareas de rehabilitación de la ciudad darían para otro artículo, aunque el balance podría haber sido todavía peor.
Justo la semana de la explosión, debido al confinamiento, la mayoría de las tiendas estaban cerradas, muchas personas trabajaban desde casa o terminaban antes su jornada y el tráfico era escaso. Esto redujo el número de víctimas a alrededor de doscientas, y el de heridos a unos cinco mil. Sin la situación creada por el coronavirus, habrían muerto muchas más personas, seguro.