La administración del presidente Alejandro Giammattei ha hecho de la prevención un ejercicio que ha rendido importantes réditos. La constante búsqueda del diálogo y el acercamiento a las comunidades han generado un clima de confianza que ha impulsado, por ejemplo, las numerosas denuncias de violencia.
El trabajo interinstitucional que se realiza, a instancias del Jefe de Estado, también ha tenido importantes consecuencias en la vida de los ciudadanos. La campaña Árboles contra la Violencia, impulsada ayer por el Viceministerio de Prevención del Ministerio de Gobernación (Mingob), en las colonias Nimajuyú 1 y 2, en la zona 21 capitalina, es una muestra de lo importante que es para el Gobierno de la República anticiparse a la violencia.
Recientemente, en dichas colonias se registraron enfrentamientos entre vecinos del lugar y presuntos invasores, lo cual impactó en la tranquilidad de la comunidad. “Esta actividad se hace con el objetivo de implementar un Plan Comunitario de Prevención de la Violencia, con el fin de promover una convivencia pacífica”, manifestó el viceministro de Prevención del Mingob, Carlos García Rubio.
Así como esta acción, el Organismo Ejecutivo ha apostado por políticas de Estado que persiguen solucionar, de manera integral, la problemática social. El impulso al Comisionado Presidencial del Diálogo, el respeto a las consultas populares, como antesala a la autorización de la explotación de los recursos naturales, y la campaña de Prevención de Acercamiento Comunitario, que involucra a agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), son algunos ejemplos del compromiso gubernamental por resolver los conflictos.
En 2020, el país registró la tasa de homicidios más baja de los últimos 35 años, escribió el experto Carlos Mendoza, un conocedor de la situación delictiva del país. El especialista hizo alusión a los 15 homicidios por cada 100 mil habitantes que se registraron en 2020, un dato contundente cuando se compara con los 46 crímenes por cada 100 mil habitantes que ocurrieron en 2009.
La apuesta por el diálogo es un imperativo que debe marcar a las sociedades modernas, y es una señal inequívoca de un gobierno que cree en el diálogo como mecanismo de desarrollo.