La campaña para las próximas elecciones en Chile, en abril próximo, se desarrolla en un contexto atípico, no solo por la
pandemia por el Covid-19, sino que además la cuarentena que afecta al Gran Concepción y otras comunas no solo de la región, sino que del país en su totalidad.
Tradicionalmente, a menos de un mes de un proceso electoral, las diferentes campañas se centrarían en foros, debates, entrega de volantes y el trabajo puerta a puerta que realizan habitualmente los diferentes comandos y a los que estábamos acostumbrados.
El uso de este tipo de estrategias ha debido modificarse por las condiciones sanitarias por las que estamos atravesando y, hoy día, la mayoría de las campañas ha tenido que traspasar sus contenidos a las redes sociales, foros y debates online, y la publicidad en los diversos medios de comunicación.
Este cambio de escenario de todas formas ha sido paulatino; las nuevas tecnologías y el surgimiento de nuevas plataformas, sin embargo, presenta un desafío nuevo no solo a los candidatos, sino que a nuestro sistema democrático también. Con miles de candidatos a nivel nacional en las diversas papeletas, se hace difícil no solo dar a conocer sus propuestas, sino que además sus nombres, y que electorado pueda recordarlos al momento de la elección.
Algunos candidatos y candidatas han optado por campañas disruptivas a través de redes sociales.
Probablemente sea esta la razón por la cual algunos candidatos y candidatas han optado por campañas disruptivas a través de redes sociales, con lo cual llamar la atención a los electores, pero sin entrar a discutir propuestas o planes concretos como, por ejemplo, frases polémicas o eslóganes que llaman la atención.
Por otro lado, la necesidad de buscar nuevas formas de campaña puede ser visto como una oportunidad para que los candidatos y los partidos empiecen a desarrollar campañas más participativas, con plataformas para que la ciudadanía pueda discutir los temas que interesan en lo cotidiano, recogiendo las inquietudes y las propuestas que puedan surgir en este tipo de instancias.
A partir del estallido social, una de las demandas que fue surgiendo con fuerza se vinculaba con la participación política, que esta fuese más participativa y que no solo se limitara a procesos electorales cada cierta cantidad de años. La posibilidad de poder generar instancias de participación política, de discusión con la sociedad civil y, finalmente, lograr un proceso electoral más participativo puede ser una oportunidad única en el contexto de la cuarentena… ahora depende de los candidatos generar esas instancias y de la ciudadanía de
aprovecharlas.