La Alianza Francesa une el cine mudo con el talento de músicos guatemaltecos.
La animación de principios del siglo XX, en la que el humor se mostraba en silencio y se complementaba con música en vivo, resurgirá en la primera Noche de Cineconciertos en casa, de la Alianza Francesa (AF). Con cinco cortometrajes, que van de 1905 a 1928, arranca la proyección de un ciclo de cine mudo que estará musicalizado por instrumentistas guatemaltecos. Descubra esta unión artística hoy, a las 19:30, en el Facebook @alianzafrancesagt.
De la mano
Destacar las joyas mudas de la cinematografía mundial de principios del siglo pasado y acompañarlas con interpretaciones de músicos guatemaltecos, es el objetivo de la Noche de Cineconciertos. Este proyecto, que se inició 2016, es descrito por Remy Carrère, director cultural de la AF, como uno de los más importantes de la institución; por lo que, aún en tiempos de pandemia, llega los hogares de los guatemaltecos de manera virtual.
Los cinco cortometrajes que tomarán protagonismo esta noche son: El melómano, de George Méliès (1903); Sueños infantiles, de Emilie Cohl (1910); Un duelo de Shrapnel, de Ernesto Vaser (1913); La fábrica de caricaturas, de Max Fleischer (1924), y La Boda de Tom Pouce, de Walter Lantz (1925). Dichos filmes provienen de países como Francia, Italia y EE. UU., lo cual, afirma Carrère, presenta una amplitud de géneros y orígenes.
Los encargados de arrancar la Noche de Cineconciertos en casa y agregar el tono burlesco, etéreo, inocente e irónico por medio de la música son: Víctor Arriaza, en el piano y la dirección musical; Paolo Villagrán, con el clarinete; José Villagrán, con el trombón; Rosse Aguilar, con el saxofón tenor, y Maru Amato, con la flauta. Además, por primera vez y desde Huehuetenango, Esly Maldonado y Daniel Gómez participarán en los teclados.
De acuerdo con el director musical, para los artistas guatemaltecos ser parte de este proyecto es un ejercicio distinto al que están acostumbrados. Sin embargo, orientar la música, la composición y el performance a lo que sucede en la pantalla y ser parte de los que ayudan a contarlo “es enriquecedor”, porque completa la aventura que se observa.