Por su entrega y promoción de la cultura francófona, la guatemalteca fue distinguida por el gobierno de Francia.
Cuando era tan solo una niña que se iniciaba en el colegio, la guatemalteca Rocío Segura escuchó por primera vez el idioma francés. Ese instante marcó la dirección de su vida y, durante no menos de 33 años, se ha entregado al idioma y a la cultura francófona, dedicando su tiempo a transmitir la pasión y el amor que en él encuentra con los estudiantes del Centro de Aprendizaje de Lenguas de la Universidad de San Carlos (Calusac). Recientemente, su trayectoria le valió ser condecorada con la Orden Nacional de la Legión de Honor y la Orden de las Palmas Académicas, dos de las más altas distinciones otorgadas por el gobierno de Francia.
Dos caricias
Para Segura, caminar de la mano del francés, el idioma en el que se formó y en el que ha formado a miles de estudiantes, ha sido un verdadero regalo de la vida. Su aporte al aprendizaje y sus méritos en la cultura francófona en Guatemala han sido aplaudidos y valorados por el gobierno de Francia, que le otorgó dos de sus más altas condecoraciones: la Orden Nacional de la Legión de Honor y la Orden de las Palmas Académicas.
La directora de la sección de Francés de Calusac supo de las condecoraciones, la noche de la pasada Navidad, y recuerda: “Después de un año difícil, en lo personal y en lo laboral, fue como recibir dos caricias de esta vida, que ha sido caprichosamente generosa conmigo. Deseo que estas distinciones inspiren a otras personas a tomarle la mano a este idioma y a dejar que marque su camino, como lo hizo con el mío”.
Un cambio de dirección
Segura se formó en el Lycée Jules Verne, por lo que, dice, el francés fue casi como su lengua materna. Al ingresar en la Universidad eligió Nutrición pero, debido a sus conocimientos, en el tercer año de la carrera la llamaron de Calusac para crear un examen de prueba y empezar a dar clases. “Ese mismo día me dieron marcadores de pizarra y un borrador. Cuando abrí la puerta del salón, ya tenía al primer grupo de estudiantes deseosos por aprender francés. Fue allí cuando supe que quería dedicarme a enseñarlo”, manifiesta.
El mismo año en el que empezó a dar clases, el gobierno de Francia invitó a Segura a formarse en dicho país. Convencida de que esa era su pasión, dio un giro a su vida y arrancó con una Licenciatura en Lingüística aplicada en la enseñanza de idiomas, para luego ir por dos Máster en Francés como Lengua Extranjera: uno en la Universidad de Grenoble y otro en la Universidad de las Antillas. En Guatemala, además, estudió una Maestría en Docencia Universitaria de la Universidad Rafael Landívar.
Durante 10 años, Segura se ha desempeñado como coordinadora de la sección de Francés de Calusac, y ha promovido el aprendizaje del idioma mediante distintas expresiones culturales, como fiestas musicales, gastronomía y cine. A esto se suma el programa de intercambio en el que alumnos guatemaltecos viajan a Francia, durante siete meses, para enseñar español. “Sabía que si iba dedicar mi vida al francés, lo debía y quería hacer bien”, concluye.