María Jesús Ribas EFE.
El Covid-19 convirtió el contacto físico en una práctica de riesgo. Debemos evitar los abrazos, justo cuando más lo necesitamos pero, ¿sabía que podemos abrazarnos consiguiendo los mismos beneficios psicológicos y emocionales con la mirada, las palabras, la sonrisa, los gestos o las nuevas tecnologías?
El término inglés contactless, asociado a las tecnologías que permiten interactuar con dispositivos electrónicos, sin tocarlos físicamente, puede aplicarse a las relaciones humanas ya que, según la psicóloga Marta Robles, “hay muchas maneras de abrazarnos, sin tocarnos” .
“Diferentes estudios ponen de manifiesto que están aumentando los casos de depresión relacionados con los efectos del Covid-19, y existe una relación directa entre la carencia duradera de abrazos y el aumento en los cuadros depresivos, en el marco de la pandemia”, indica la experta.
“Pero podemos abrazarnos sin tocarnos, con palabras, que ponen voz a lo que queremos transmitir con los abrazos; la mirada, que nos ayuda a conectar emocionalmente y enfatiza lo que estamos comunicando; o la sonrisa, que produce complicidad con la otra persona aunque llevemos mascarilla”, según Robles. Con las cifras de contagios en aumento, sube también la cantidad de depresiones, debido a todo lo vivido, ¿pueden sustituirse en época de pandemia los abrazos reales por otras formas de expresión que tengan el mismo o similar efecto beneficioso y placentero?
Según la psicóloga Robles, de la Clínica López Ibor, existen distintas maneras de abrazar sin tocarnos, especialmente recomendables en este año que nos ha arrebatado la cercanía entre personas, el contacto, los besos, la alegría… ¡y los curativos abrazos! Robles señala que es posible abrazarnos con la mirada, las palabras, la sonrisa, los gestos y las nuevas tecnologías. Para algunos observadores, esto podría considerarse como una manera de aplicar a las relaciones humanas el término inglés contactless, asociado a las tecnologías, que permite interactuar con dispositivos electrónicos, sin tocarlos físicamente, por ejemplo operando en un cajero automático o pagando una compra acercando la tarjeta con microchip al terminal.
Sin embargo, esta psicóloga considera que las alternativas sin contacto para sustituir los beneficios del abrazo “son algo temporal, ya que llegará el día en que podamos volver a estrecharnos. El abrazo real volverá, porque el contacto físico forma parte de nuestra esencia”.
Señala que “diferentes estudios ponen de manifiesto que están aumentando los casos de depresión relacionados con los efectos del Covid-19 y existe una relación directa entre la carencia duradera de abrazos y el aumento en los cuadros depresivos en el marco de la pandemia”.
Continuará…