Carlos Carrera Representante de Unicef en Guatemala
La ciencia es un motor que transforma el mundo. Pero, ¿quién maneja este motor? La participación de las niñas y las mujeres en la ciencia no es solo una cuestión de equidad y justicia social, sino también una necesidad de incorporar las diferentes perspectivas y sensibilidades que orienten el desarrollo humano.
A medida que el mundo responde a la crisis del Covid-19 y el cambio climático, se evidencia la necesidad cada vez mayor de la ciencia y la tecnología. En los últimos 25 años ha habido un aumento en el acceso de las niñas a la educación en todo el mundo.
¿Están las niñas adquiriendo las habilidades que necesitan para una transición exitosa a la edad adulta laboral? Si bien las niñas tienden a superar a los niños en habilidades de lectura a nivel mundial, no es lo habitual que se encuentren entre las mejores en materias de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Esto es un tremendo desperdicio de talento y potencial humano.
Nos enfrentamos a una crisis de aprendizaje, que está provocando una crisis de competencias. No podemos permitirnos vivir en un mundo donde se necesitan desesperadamente soluciones científicas y tecnológicas, y excluir a la mitad del talento mundial. La poca representación de niñas y mujeres en estas áreas está profundamente arraigada en normas de género, que nos dicen que las niñas no están hechas para temas que requieren resolución de problemas. Las niñas merecen tener acceso a una educación que las prepare para los trabajos del futuro, y estar listas y equipadas para participar en los nuevos desafíos y necesidades del mundo actual. Para brindar a todas las niñas la oportunidad de aprender y sobresalir en ciencia, tecnología y en soluciones de ingeniería, debemos reinventar los sistemas educativos e incorporar estos aprendizajes con perspectiva de género en cada aula.
Este pensamiento científico, la curiosidad, la experimentación, deben cultivarse desde la primera infancia, cuando se desarrollan las capacidades más importantes. Tenemos que asegurar que no haya barreras conscientes o inconscientes que limiten la participación de las niñas en condiciones de igualdad.
Se trata de cultivar habilidades para toda la vida; un pensamiento lateral, resolución de problemas e innovar. En una época marcada por los avances tecnológicos, tener el conocimiento para operar, usar y crear tecnología y soluciones basadas en la ciencia será fundamental para avanzar. Este es el momento del cambio.