El escritor mexicano habla de Todo lo que dejas cuando llegas y te vas, su segundo poemario.
Desde el corazón y sin pretensiones nace la poesía de Alberto Villarreal. En Todo lo que dejas cuando llegas y te vas, el mexicano lleva al lector en un viaje por ciudades que son, en realidad, personas. El segundo poemario del autor de Ocho lugares que me recuerdan a ti, Todo lo que fuimos y Anoche en las trincheras, está ya disponible en impreso, ebook y audiolibro.
Un viaje
Textos acumulados en libretas y en archivos de computadora dieron origen a Todo lo que dejas cuando llegas y te vas, un poemario que en principio no estaba planeado, confiesa Villarreal en una entrevista por Zoom desde su natal México: “Sentía que era el libro que yo necesitaba leer, y a lo mejor otras personas también. Habla mucho de la nostalgia, de mirar hacia atrás y de poder sonreír. Creí que era el mensaje positivo que necesitábamos”.
En cada capítulo, el autor se pasea por diferentes lugares del mundo, de una forma muy particular. “Las personas somos ciudades. Por ejemplo, me enamoré de alguien que se fue a Madrid hace muchos años y, para mí, ese es el sitio de los primeros amores. La Ciudad de México, llena de gente, representa los amores caóticos, que van de arriba a abajo. Cada ciudad tiene una sensación y quise explorarla desde un punto de vista muy personal”, detalla.
A esos textos recopilados años atrás, Villarreal sumó temas del presente, como se refleja en el poema Apocalipsis. “La pandemia ha sido difícil en el proceso creativo. A mí me encanta estar fuera, y escribir en cafés y rodeado de gente, pero quería hacer un libro actual que fuera como un abrazo al corazón. Se trata de reconocer los tiempos que vivimos, y saber que todos estamos en el mismo barco y hay que aprender a navegar en él”, apunta el escritor.
Lugar seguro
Todas las personas con las que Alberto se ha cruzado en su vida y que para él significaron algo, están en este poemario. Por eso, asegura, este título es tanto un homenaje como una despedida para ellas: “El libro termina en una carta al amor propio. Nunca me había dado la oportunidad de escribir de él, pero es el único que nos queda, sin importar cuántas personas pasen o se queden”. El escritor agrega que quiso tocar este tema desde el “yo lírico”, del crecimiento y del conocimiento de sí mismo.
Villarreal ha publicado novela y relato; sin embargo, dice, es en la poesía que encuentra la calma: “Es un proceso que llevo con mucha tranquilidad. Además, es una bandita (curita) que sana cosas que yo no sabía que estaban allí. Para escribir o para leer, me gusta la poesía que es directa, para la gente y no para las altas esferas o el gran lector. No adorno mucho, sino que escribo con el corazón y sin pretensiones”.