Fama, escándalos, romances, asesinatos, sexo y misterios. Hollywood erigió sus mejores leyendas sobre estos temas y pocas estrellas lo resumieron mejor que Lana Turner (1921-1995), de cuyo nacimiento se cumplen hoy 100 años, y cuya espléndida carrera esconde también algunos detalles muy turbios.
Actriz y sex symbol
Julia Jean Mildred Francis Turner, por su nombre original, nació el 8 de febrero de 1921, en Wallace, Idaho, EE. UU. Muy lejos de las alfombras rojas que le dieron la bienvenida en Los Ángeles, su familia se mudó a California con poca fortuna: el matrimonio se separó, el padre de la actriz fue asesinado y la joven sufrió abusos, como parte de una infancia muy complicada.
Cuenta la leyenda que Turner fue “descubierta” de joven, cuando tomaba un refresco, por un periodista que, maravillado, la llevó a una entrevista con el director de cine Mervyn LeRoy. La actriz adoptó el nombre artístico de Lana, y fichó a finales de los años 1930 por el estudio Metro-Goldwyn-Mayer.
Junto a actores como Spencer Tracy y Clark Gable, Turner destacó en películas como Dr. Jekyll and Mr. Hyde, Somewhere I’ll Find You, y Peyton Place, por la que logró su única nominación al Oscar, en 1957. Paralelamente a su éxito en el cine, la actriz se convirtió en un mito sexual en EE. UU., con su melena rubia y su estilo de pin-up.
La vida sentimental de Turner fue un aliciente de lo más jugoso para la prensa rosa de su época. Se casó ocho veces, y entre sus maridos había músicos, actores y deportistas. También sufrió alcoholismo y depresión, y vio a su hija Cheryl envuelta en el asesinato de Johnny Stompanato, un gánster que en ese momento era pareja de la actriz. Sin duda, toda una vida de película, hasta que murió en 1995 debido a un cáncer de garganta.
- Agencia EFE