El Ministerio español de Cultura y Carmen Thyssen alcanzaron un acuerdo de alquiler de su colección privada, tras una década de negociaciones en las que se sucedieron diversas prórrogas.
La baronesa Thyssen había cedido en 2000 al Estado español su colección privada, compuesta por 429 obras, de las que 250 estarían expuestas en el museo Thyssen-Bornemisza de Madrid de forma gratuita durante 11 años.
Ya en 2004, cuando se inauguraron los nuevos espacios de la pinacoteca en Madrid, en los que se exponen las obras cedidas por Carmen Cervera, se iniciaron los contactos entre el Ministerio de Cultura y los representantes de la baronesa para una posible compra o alquiler de la colección por parte del Estado.
En mayo de 2005, la Comisión Mixta para las relaciones con el Tribunal de Cuentas pidió por unanimidad al Gobierno el inicio de negociaciones para adquirir la colección de Carmen Cervera, en lugar de alquilarla, con el fin de asegurarse que el conjunto pictórico se quedara definitivamente en España.
Sin embargo, la baronesa no aceptó la oferta y dispuso que la colección siguiera en su poder y que fueran sus herederos quienes decidieran sobre el futuro de la misma.
El préstamo concluyó en febrero de 2011 y las partes acordaron prorrogar las negociaciones para asegurar la continuación de la colección en España, primero hasta final de mes y después seis semanas más.
Carmen Thyssen dijo, en diciembre de 2010, que tenía ofertas de “varios países” sobre los cuadros, aunque siempre mantuvo que deseaba que se quedaran en España, ya que, para ella, su colección “está completamente unida” al destino del museo Thyssen.
Se sucedieron varios meses de dificultades y desencuentros como el vivido el 16 de diciembre de 2010, cuando, tras una reunión del Patronato del Museo, Carmen Cervera explicó que confiaba en llegar a un acuerdo con el Ministerio y que si no “empaquetaría” sus cuadros.
Finalmente, el 22 de febrero de 2011 la baronesa y el Estado optaban por la fórmula de cesión gratuita de prórroga anual de la colección.
Un año después, el 20 de febrero de 2012 se acordó otra prórroga por un periodo de un año y así hasta abril de 2016, en que la moratoria se hizo por seis meses y después se sucedieron distintas ampliaciones, cada una de tres o seis meses.
La última fue de tres meses y se acordó en septiembre de 2020, hasta el 31 de diciembre de ese año.
Pero la garantía del Estado sobre las obras de la baronesa, es decir, el seguro público por el que el Estado español asume el compromiso de asegurar Bienes de Interés que se cedan temporalmente para su exhibición pública en algunas instituciones, se renovaba últimamente cada mes.
Precisamente en la prórroga de octubre de 2020 no se incluía el cuadro Mata Mua (Érase una vez), de Paul Gauguin, protagonista ese año de las últimas desavenencias entre Carmen Cervera y el Gobierno, al ser sacado del museo por la baronesa en marzo, con la pinacoteca cerrada por la crisis del coronavirus.
En estas dos décadas, en las que se han sucedido varios ministros de Cultura en España, Carmen Cervera ha vendido algunas de sus obras, como La esclusa, de John Constable, en 2012, también rodeado de polémica, y ha abierto otros museos, en Málaga, Andorra o el espacio de San Feliu de Guixols, lo que ha contribuido a fragmentar la colección.
- Agencia EFE