Las montañas con nieve y las frías calles de Park City (Utah, EE.UU.) son una parte muy característica de Sundance, pero este año el festival más importante del cine independiente en todo el mundo tendrá que refugiarse en internet para poder regatear la pandemia.
Del 28 de enero al 3 de febrero, esta edición reducida y virtual de Sundance volverá a reunir a lo mejor del talento indie y emergente de la gran pantalla con una especial atención al cine latino, presente en casi todas las categorías competitivas.
La crisis del coronavirus impedirá esta vez que la industria cinematográfica desembarque con todo su glamur (y todos sus abrigos) en el gélido Utah, aunque el festival organizó pases en autocines y en pequeñas salas por todo el país para que no se pierdan del todo las proyecciones.
En cualquier caso, y al margen de estas “pantallas satélites” que llevarán Sundance a ciudades como San Francisco y Houston, la organización puso todos sus esfuerzos este año en que el festival sea virtual, con estrenos en internet, coloquios digitales y el máximo distanciamiento social posible. “Las películas son las que hacen, por supuesto, que Sundance sea Sundance”, dijo esta semana la directora del certamen, Tabitha Jackson, en un comunicado.
Jackson añadió que “estamos emocionados de que las conversaciones, provocaciones, actuaciones y la celebración de esta comunidad sean más ricas este año porque vienen de muchos sitios diferentes y con muchas perspectivas distintas”.
Rita Moreno y muchos más latinos
Toda una leyenda latina como Rita Moreno aterrizará en Sundance este año con el documental Rita Moreno: Just a Girl Who Decided to Go For It, que, dirigido por Mariem Pérez Riera, competirá en el apartado de no ficción estadounidense.
Otros dos documentales latinos aparecen también en esta categoría: Rebel Hearts, del brasileño Pedro Kos, y Users, de la mexicana Natalia Almada. La participación hispana en Sundance continuará con John and the Hole, que presentará el español Pascual Sisto en el apartado de películas dramáticas estadounidenses.
Además, la coproducción hispana-estadounidense El planeta, dirigida por la argentina Amalia Ulman y con el español Nacho Vigalondo (Colossal, 2016) en el reparto, tendrá un hueco en la sección de dramas internacionales. Argentina hará doblete en esa categoría gracias a The Dog Who Wouldn’t Be Quiet, de la cineasta Ana Katz, mientras que Brasil también contará con representación en este apartado gracias a The Pink Cloud, de Iuli Gerbase.
Fuera de las categorías competitivas hay otras propuestas latinas como la coproducción entre México y EE.UU. Son of Monarchs, que cuenta con Tenoch Huerta en su elenco y que se verá en NEXT (sección de Sundance destinada a las cintas más innovadoras). Son of Monarchs, dirigida por Alexis Gambis, ya sabe que no se irá de Sundance con las manos vacías, puesto que se anunció que será la ganadora del premio Alfred P. Sloan destinado a películas que tratan sobre ciencia o tecnología.
Estrellas y diversidad
Fundado por Robert Redford en 1981, Sundance es la meca del cine indie y el sueño de los jóvenes cineastas que quieren abrirse paso en la industria audiovisual. Pero, especialmente en los últimos años, también ha acogido a numerosas estrellas de Hollywood y del panorama internacional que aparecen en este festival con proyectos algo más modestos y arriesgados de lo normal.
De esta forma, Eugenio Derbez (Coda), Tessa Thompson y Ruth Negga (Passing, debut en la dirección de Rebecca Hall), Ed Helms (Together Together), Nicolas Cage (Prisoners of the Ghostland), Michael Cera (Cryptozoo), Olivia Wilde (How it Ends), Robin Wright y Demián Bichir (Land) y Daniel Kaluuya y Lakeith Stanfield (Judas and the Black Messiah) son algunos de los nombres totalmente consolidados que pasarán por Sundance este año.
Por otro lado, la organización resaltó el esfuerzo que han hecho una vez más para que su programación sea lo más diversa posible. Así, alrededor de la mitad de los no menos de 140 filmes y proyectos que forman parte del festival fueron dirigidos por una o más mujeres, en torno al 50 por ciento contaron con personas de color como realizadores, y aproximadamente uno de cada siete fueron dirigidos por cineastas que se identifican como miembros de la comunidad LGBTQ+.
- Agencia EFE