La emblemática cantante y actriz mexicana murió ayer, a los 90 años.
Flor Silvestre, la emblemática voz femenina de la canción mexicana, actriz y madre del también músico Pepe Aguilar, murió a los 90 años, según confirmó ayer Televisa Espectáculos.
Icónica
“Lamentablemente falleció la actriz y cantante Flor Silvestre. El cansancio detuvo su corazón rodeada de sus hijos y sus nietos. Descansará al lado de quien fuera su gran amor, Antonio Aguilar. Murió a los 90 años de edad, en Zacatecas, en su rancho El Soyate”, se puede leer en el tuit de Televisa Espectáculos.
Conocida como el Alma de la canción ranchera, Silvestre fue un ícono de belleza y talento, y es recordada por su gran voz, su amplia trayectoria como actriz de la Época de Oro del cine mexicano (1933-1964) y por ser la matriarca de una de las familias que ha dejado un importante legado en la música vernácula mexicana.
Camino a la fama
Su nombre real era Guillermina Jiménez Chabolla y nació el 6 de agosto de 1930 en Salamanca, Guanajuato. El talento y afición al canto le fue heredado de su madre, desde pequeña supo que su destino estaba en el mundo del espectáculo y con tan solo ocho años comenzó a cantar para sus padres.
Tras terminar los estudios primarios se trasladó a la Ciudad de México junto a su familia para estudiar secretariado y, a los 13 años, impactó en su primera presentación en un escenario. El siguiente paso fue cantar en una popular estación de radio y comenzar a buscar su nombre artístico, que acabaría siendo Flor Silvestre.
Los contratos comenzaron a llegar tras ganar un concurso organizado por otra estación de radio y pudo formar parte del Teatro Colonial, uno de los más renombrados de la época, e irse de gira a diversos países de Latinoamérica. Fue conductora y cantante de un programa radial, recibió sus primeras propuestas para hacer películas y grabó sus primeros discos.
El zar del cine mexicano, Gregorio Walerstein, la contrató para ser parte de cinco de sus películas, siendo Primero soy mexicano (1950) la primera de ellas. Entre las cintas más conocidas de la actriz están El bolero de Raquel (1957), al lado de Mario Moreno Cantinflas, La cucaracha (1959), junto a María Félix, Dos locos en escena (1960) y Tres muchachas de Jalisco (1964).
Su discografía abarca no menos de 30 álbumes que recopilan una gran cantidad de géneros mexicanos y latinoamericanos. El sello discográfico con el que más trabajó fue Discos Musart, aunque sus últimos materiales fueron editados bajo Sony Music México.
Matriarca
En el ámbito personal, Flor tuvo tres matrimonios. Luego de su segundo divorcio, se casó con el prolífico cantante, actor, productor, guionista y cineasta Antonio Aguilar, el amor de su vida, y con quien trabajaría en algunas producciones cinematográficas. Junto a él procreó dos hijos, uno de ellos Pepe Aguilar, que han dado continuidad a la dinastía del género ranchero, al igual que su nieta, la cantante Ángela Aguilar.