París, 2 (EFE).- El Manchester United bajó al Paris Saint-Germain de la nube que le supuso alcanzar la última final de la Liga de Campeones, al vencerle a domicilio por 1-2 en un encuentro en el que fue determinante la superioridad física del equipo inglés.
Fue un duelo intenso y emocionante, en el que los dos porteros, el español David de Gea (ManU), y el costarricense Keylor Navas (PSG) tuvieron numerosas intervenciones de mérito que evitaron un marcador más abultado.
El encuentro comenzó con algo de sorpresa en las alineaciones: el francés Paul Pogba estaba en el banquillo inglés, mientras que el defensa brasileño Marquinhos, dudoso hasta el último momento por problemas físicos, figuraba entre los reservas del PSG.
En el minuto 20, un pequeño contacto de Diallo sobre Martial (un poco exagerado por éste), originó un penalti que el árbitro español Mateu Lahoz no dudó en pitar y que Bruno Fernandes lanzó con su tradicional saltito.
Pero el “tico” Keylor Navas adivinó a la perfección la trayectoria… aunque se movió antes de tiempo. Mateu Lahoz ordenó repetir el lanzamiento y esta vez el portugués no falló.
Ante la falta de mordiente del ataque parisino, Tuchel decidió un cambio fundamental: metió a Kean, un atacante, por Gueye, y bajó a Neymar a organizar el centro del campo.
Los franceses insistían y Kurzawa envío un centro-chut al palo; solo un minuto después, en el 54, Antony Martial marcó en propia meta al intentar despejar un saque de esquina, un remate inesperado ante el que nada pudo hacer un sorprendido De Gea.
Con la entrada de Pogba y el paso del tiempo, el PSG comenzó
a sufrir la superioridad física del United, y en el 69 Navas desvió
apuradamente un remate seco y ajustadísimo de Marcus Rashford.
Y, casi ya al final, Rashford marcó en el minuto
86 el gol definitivo tras superar a Navas en la culminación de una jugada que
inició Pogba y que evidenció el menor nivel físico del PSG, con una defensa un
poco blanda.