Podría haber esperado hasta octubre para escribir esta columna. Pero, a veces, el impulso lo supera a uno y, ciertamente, tampoco tenemos el tiempo comprado como para ir dejando las cosas en espera. Uno de los álbumes que tuve la suerte de adquirir en el momento justo, cumplió 24 años en agosto. El tiempo suele ser una bofetada dolorosa, cuando nos golpea por sorpresa.
October Rust, de la ya desparecida banda estadounidense Type O Negative (TON), es a mi parecer uno de esos discos que son una amalgama de muchas cosas. Es belleza, humor, imágenes lujuriosas, y también amores perdidos. Pero ninguno de esos elementos significarían algo sin el sello del finado Petrus Thomas Ratajczyk, mejor conocido como Peter Steele. Hace ya 10 años que este gigante (literalmente, 2.03 metros) del doom y gothic rock nos dejó, para irse al otro lado. Sin embargo, una voz como esa se rehúsa a irse tan fácilmente.
El álbum llegó a mis manos en 1997. ¿Como sucedió? Ni yo lo sé. Solo recuerdo que su portada de espinas llamó mi atención y, horas más tarde, la voz de Steele retumbaba en mis audífonos. Es difícil explicar la belleza de este disco, pero en estos días nublados en mi montaña se me antoja como el mejor acompañante. A la fecha, no creo que sea un material que se aprecie a la primera escuchada, pero puedo asegurarles que va creciendo de una manera casi cinematográfica. Sus ambientes musicales se asemejan a la sensación de andar perdido en una foresta llena de neblina, como si fuera la escena de un cuento de los hermanos Grimm en la que se está a punto de llegar a la casa de la bruja, buscando comida y descanso.
Si bien es mandatorio escuchar la discografía completa de TON, para entender a la banda en todo su concepto, October Rust es el disco al que le guardo un cariño especial. Sigo creyendo que es un gran trabajo que supo balancear la parte oscura de la banda con la parte comercial, logrando que un mundo lleno de hedonismo, placeres carnales y vampiresas llegara a más fans.
A la fecha muchos fanáticos seguimos lamentando que Steele ya no esté con nosotros, y que la banda no exista más. Pero en este caso, cuando suceden estas tragedias, la cosa tiene que llegar a su fin. No había manera de sustituir la presencia y voz de Steele. No exagero, era una tarea imposible. Es eso lo que se lamenta.
Cuenta la leyenda urbana que Steele escribió muchas de las canciones de October Rust, con la única finalidad de conquistar a tantas mujeres como le fuera posible. Cierto o no, puedo asegurarles que el álbum conquistó a nuevos seguidores que cayeron a los pies del gran hombre verde, como solían decirle.
Ahora me vuelvo a internar en esos bosques densos que produce este material, pero no sin antes ponerle atención a las palabras de Steele: “Ten cuidado en el bosque por la noche, ten cuidado de la luz de la luna ”. Así lo haré y ustedes también deberían.
Para escuchar: Love you to death, Red water, Wolf moon, Burnt flowers fallen e In praise of Bacchus.