Hace algunas semanas, publicaba en mis redes sociales un pequeño review sobre el filme Viena and the Fantomes. En la reseña manifestaba que muchas de las películas que hablan acerca de músicos, reales o ficticios, pocas veces logran capturar la esencia de la música como tal. Es un poco difícil de explicarlo, pero creo que a lo que me refiero es que hay un “algo” que se pierde y que hace que no me la crea del todo. En esa misma publicación mencioné que eso me pasa por pedirle mucho a Hollywood, aunque a veces no puedo evitarlo.
La película habla sobre una groupie que decide irse de gira con una banda de post punk llamada The Fantomes. El filme tiende a caer en algunos clichés, y me pareció que la historia no termina de cuajar nunca. Seguro que no es una de esas cintas que ocupará un lugar en mi Top 20 de favoritas. Lo que sí tengo que decir a su favor, es que su banda sonora es espectacular. Gracias a ella descubrí a la agrupación de dark pop y synth pop noir llamada Weeknight.
Andy Simmons y Holly Macgibbon son los cerebros detrás de Weeknight. Definitivamente, la música de la banda está influenciada por grupos como The Cure y Joy Division, y hasta por artistas como Gary Numan. Honestamente eso fue lo que me hizo buscar su música de inmediato y, al encontrarla, puedo decirles que me llevé una grata sorpresa con sus dos discos.
Su primer álbum, Post-Everything, resultó ser una joya por revelar; mientras que su más reciente disco, Dead Beat Creep, superó mis expectativas desde la primera canción, Settle down. Es un material que conforme avanza va serpenteando a través de atmósferas y universos musicales, empapados de sombras y guitarras, distorsionadas pero sutiles a la vez. A veces, y sin avisarnos, las guitarras nos golpean con fuerza junto al sintetizador, para luego darnos un pequeño respiro y sumergirnos de nuevo en paisajes que pueden resultar inquietantes, como el que provoca la canción Golden young.
Dead Beat Creep es un disco que se disfruta mucho y, a mi criterio, no contiene canciones de relleno, como suele pasar muchas veces. Se agradece también que la producción es muy buena y no hay exceso de ella, como sucede con álbumes de dicho género.
Al terminar los discos, Weeknight me recordó lo mucho que extraño ir a mis lugares favoritos para escuchar este tipo música, bajo las luces de neón y mover un poco los huesos sin vergüenza, mientras disfruto de la noche. Porque siempre he pensado que esta música hay que invocarla a altas horas de noche. Dejando por un lado el pesimismo también me recuerda que, cuando pueda, lo haré hasta que mis pies no puedan más y junto a las personas que quiero. Solo nos daremos un breve respiro, cuando el DJ cambie al próximo vinilo. Luego, qué importa si nos desplomamos agotados de muerte.
Para escuchar: Settle down, Holes in my head, A little noise, Done with me, Golden young, Can’t control, Imaginary light, Hallowed ground, Dark light, Whale, Tonight y S.O.M.V.