La galería de arte y el centro de documentación continúan, desde un nuevo formato.
Desde el día que abrió sus puertas, el 13 de abril de 1988, El Attico ha exhibido el arte y la cultura guatemalteca. Después de no menos de tres décadas, la galería deja el que fuera su hogar de años, en la zona 14 capitalina, y da el salto al formato digital. Sus fundadores, Guillermo Monsanto y Luis Humberto Escobar, abren los brazos a galeriaelattico.com, una plataforma que seguirá acogiendo a los artistas y sus obras, pero también a su Centro de Documentación.
El cambio
En sus 32 años de historia, El Attico ha sido un faro para la cultura guatemalteca, y en sus paredes han colgado obras de creadores como Dagoberto Vásquez, Efraín Recinos, Danny Schafer, Ana María Maldonado y Max Leiva, entre muchos otros. Por eso no es de extrañar que el cierre de su espacio físico y el salto a lo digital provoque “escalofríos” y “nerviosismo”, dice el artista y cofundador de la galería, Guillermo Monsanto.
Aunque El Attico ya contaba con una página web, ahora todos sus artistas y obras se trasladan a dicha plataforma, explica Monsanto: “Da miedo y nostalgia despedirse del lugar en el que construimos memorias, arte y cultura, pero lo bueno del cambio es que te da un poco de libertad y al mismo tiempo te coloca en el futuro”.
Lo digital
Desde galeriaelattico.com se podrán conocer las exposiciones, así como los precios y dimensiones de cada pieza. “Las personas apreciarán el trabajo de nuestros artistas como en una vitrina y, si a alguien le gusta una obra, se puede comunicar con nosotros para gestionar el proceso de compra. Tendremos presencia en casi todas las redes sociales, y presentaremos a cinco artistas por semana”, anuncia Monsanto.
Pero la plataforma no solo será un espacio de exhibición, pues se nutrirá con otros proyectos. Entre las novedades, Monsanto adelanta la incorporación de una sección que incluirá el perfil y las piezas de artistas emergentes.
Misión intacta
Otro de los brazos de El Attico es su Centro de Documentación, que registra y resguarda la riqueza artística nacional. “Ahora que me tocó mudarlo a lo digital, me quedé con la boca abierta de lo inmenso que es. Es sorprendente todo lo que tenemos, desde artistas que se gestaron en Guatemala hasta otros que expusieron aquí. Además hay catálogos, historia del teatro, postales y muchas cosas más”, subraya Monsanto.
En medio de esta mudanza, Monsanto recuerda que El Attico se construye día a día: “Nunca fue solo una galería de arte, pues nos gusta creer que aportamos a la cultura artística y la educación del país. Es verdad que no haremos exposiciones mensuales, pero todo lo demás seguirá inamovible y continuaremos dando la batalla”.