Martínez forja su camino

El badmintonista guatemalteco sueña con escribir su propia historia.

Para el guatemalteco Christopher Martínez la historia en el deporte comenzó como un simple pasatiempo; sin embargo, sus ganas de trascender convergieron con el esfuerzo y la disciplina, hasta posicionarlo en la actualidad como uno de atletas con alta proyección en el bádminton nacional, y con hambre de más.

Escribir su propia historia, sin rivalizar con la de Kevin Cordón, es uno de los retos para Martínez, quien en una entrevista con la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG) confiesa abiertamente que, hoy por hoy, el zurdo “es el mejor” y que, por su posición en el plano mediático deportivo del país, es un oponente al que le gustaría enfrentar y vencer.  

“Espero algún día poder ganarle y ser el mejor del país”, es uno de los anhelos que inquietan al atleta oriundo de San Marcos, quien tiene a los Juegos Olímpicos entre su lista de propósitos a alcanzar, y para lo que trabaja incansablemente, con o sin pandemia.

“(La situación) Es muy difícil, porque antes de que esto pasara yo tenía buenos resultados; recientemente obtuve medalla de oro en una competencia en Perú, entonces es un poco frustrante no estar compitiendo, pero ahora solo pienso en regresar más motivado”, fueron parte de sus declaraciones publicadas en el portal de prensa de la CDAG. 

De acuerdo con el texto, el badmintonista actualmente entrena 6 días a la semana, en casa, debido a las restricciones establecidas por las autoridades del país, para evitar la propagación del Covid-19. 

Sus comienzos

Motivado por su mamá, a los 8 años de edad, Christopher se encontró con la Asociación de Bádminton de su natal San Marcos, la cual le abrió las puertas para que diera sus primeros pasos en el deporte por medio del cual hoy representa a su país. 

No tardó mucho en tomar ritmo y comenzar a destacarse, tanto en las prácticas como en los campeonatos regionales. 

“Mi primera medalla fue una de bronce en unos Juegos Regionales, cuando aún se realizaba un partido por la tercera posición; ahí le gané a un chico de Totonicapán”, recuerda.

Desde entonces el deseo de trascender lo cautivó, y redobló esfuerzos hasta ser visto por miembros de la Federación Nacional, quienes de inmediato lo tomaron en cuenta para que se entrenara con el equipo nacional juvenil y, posteriormente dar el salto al equipo mayor.