Londres, (EFE).- No habrá récord de los 100 puntos para el Liverpool. Los ‘Reds’ se dejaron las posibilidades que les quedaban en el Emirates Stadium, enterrados por sus propios errores y ante un Arsenal voluntarioso y efectivo (2-1).
Dos tremendos fallos de la defensa del Liverpool, que hubiera firmado sin dudarlo el Arsenal de hace unas semanas, sepultaron las opciones de unos ‘Reds’ que necesitaban ganar los tres partidos que les quedaban para quitar el récord al Manchester City de hace dos temporadas.
Pero que el Liverpool no es el mismo desde que ganó el título en algo palpable. El récord no ha sido suficiente motivación para que arrasen cómo lo hacían antes del parón y, ante el Arsenal, los altibajos del equipo salieron a relucir de nuevo.
Comenzaron bien, arrinconando a ese equipo cambiante que es el Arsenal de Arteta, que esta vez optó por una defensa de cuatro, en lugar de la de cinco que había exhibido otros días, y, sin Dani Ceballos en el medio (decisión de Arteta), a los ‘Gunners’ les costó generar arriba.
El Liverpool fue acotando el camino al gol y lo encontró en
una combinación a tres bandas. Fue sencillo, Robertson dobló a Firmino, este se
la entregó al escocés y la puso atrás, donde apareció Mané libre de marca para
batir a Emiliano Martínez.
El portero argentino se encontró con el primero
en su red después de casi protagonizar la cantada de la jornada unos minutos
antes. Se había liado con la pelota y al ir a despejar la pelota rebotó en la
espalda de Firmino y tocó el palo. Un susto que se convirtió en realidad con el
gol de Mané, pero que no echó abajo al Arsenal.
Y no por méritos de los de Arteta, si no por la inconsistencia de Van Dijk, que
dejó de pegarle gritos a Robertson para cometer un error que le costó el
empate. Se entretuvo con la bola, le presionaron, se la entregó a Lacazette en
lugar de a Alisson y el francés rodeó al brasileño para marcar a puerta vacía.